Hola a todos.
Les dejo aquí este artículo sobre el tango y el chamamé y que es una continuación de lo ya publicado como "Tango y chamamé - Parte 1".
Un agradecimiento a Carlos "Mange" Casís por la bibliografía.
carlosmangecasis@hotmail.com
Un saludo a todos.
Pablo
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Eladio Martínez y Lito Bayardo
El tango y las melodías paraguayas siempre marcharon de las manos de los aires musicales de Corrientes. Corre el año 1940 en Asunción (Paraguay) y entre las obras en boga se destaca la canción titulada “Tesay”, con música del guitarrista y cantor Eladio Martínez sobre versos que escribe Gumersindo Ayala Aquino en honor de la danzarina guaraní Nilda Arce. Dicha pieza no tarda en ser llevada a la instancia fonográfica por varios intérpretes del género, entre ellos el destacado arpista Félix Pérez Cardozo.
Casi simultáneamente empieza a circular en la Argentina otra composición con idéntica melodía pero con ritmo de polca rotulada “Ah, mi Corrientes porä”, aunque esta vez los cantables pertenecen al poeta rosarino Lito Bayardo (Manuel Juan García Ferrari). No fue casual que ambos unieran sus inspiraciones para concebir este verdadero canto de amor ofrendado a la cálida tierra correntina y en vista del éxito logrado, insisten con otra polca que también obtiene justificada repercusión: “Lucerito alba”.
Lito Bayardo (1905-1986)
Fotografía extraída del sitio web "Todo Tango".
Del binomio, es Martínez quien tuvo más estrechas vinculaciones con el cancionero de Corrientes, pues integra en 1943 el “Cuarteto Santa Ana” dirigido por Isaco Abitbol y Ernesto Montiel, cuya formación completan los guitarristas Víctor Ramírez y Samuel Claus. Por su parte, Bayardo visita fugazmente la capital correntina y en ocasión que cruza en la vieja balsa en automóvil desde Barranqueras (Chaco), queda cautivado por el imponente espectáculo que observa a su paso por el río Paraná. A él corresponde entregar la obra a Samuel Aguayo, quien la inmortaliza en una memorable placa.
Periodista, actor, recitador y cantor, pero fundamentalmente autor y compositor de música popular, Manuel Reyes García Ferrari nació en Rosario (Santa Fe) en 1905 y a los 18 años compone con el violinista Adelio Zeoli su primer tango “Mala mujer”. Posteriormente, en 1925 se presentan en Rosario el binomio de actores formado por Gloria Bayardo y Alemany Vila, resolviendo adoptar desde entonces el apellido de dicha actriz como homenaje a la sobresaliente estrella del arte declamatorio. Radicado en Buenos Aires integra el dúo vocal con Héctor Palacios, de recordadas actuaciones en emisoras radiales de la época.
A lo largo de su fructífera trayectoria compuso alrededor de 500 temas, entre ellos los tangos “Duelo criollo”, “La canción”, “Cuatro lágrimas”, “Desilusión” y “Cotorrito bohemio”, y la clásica zamba “Mamá vieja”. Alejado de la actividad musical en 1962, dedica sus afanes a una nueva tarea que lo apasiona: el gremialismo, ocupando cargos directivos en la Asamblea Argentina de Artistas de Radios y en SADAIC. Agobiado por problemas de salud propios de su edad senil, el poeta eligió su propia determinación el que sería el final de una vida dedicada plenamente a la faz artística.
En tanto, Eladio Martínez apodado “El corochiré de las selvas guaraníes”, hace dúo con Mauricio Cardozo Ocampo desarrollando intensa labor discográfica en el decenio del ’30 en Argentina. Más tarde, sobreviene su incorporación al “Cuarteto Santa Ana”, donde luce sus cualidades vocales son señalado suceso dejando el testimonio de unos pocos discos de 78 rpm; destacándose en ese sentido, su personal versión del chamamé humorístico “El recluta”. En septiembre de 1945 retorna a su patria de origen para no volver más a nuestro país.
Con respecto a su tema “Ah! mi Corrientes porä” (Ah! mi linda Corrientes) sucedió un hecho insólito en el año 1950, cuando por expreso pedido de la Sociedad Científica Argentina el dúo integrado por Delfín Fleitas y Roberto Cuello realizan una grabación del mismo. Dicha placa fue sellada para ser abierta en el año 2000, a efectos de que la juventud de ese tiempo conociera “cómo se cantaba y ejecutaba la canción folklórica correntina”.
LUCERITO ALBA
Música y letra: Eladio Martínez
Mombyry güi nico ayü
Ajhendú gallo sapucái
Ayajhe´ota mante querida
Che corazö co no aguantái
Estribillo
Adiós lucerito alba
Adiós lucero porã
Porque nde nico repytama
Otroité rembi gozarã
Adiós lucerito alba
Adiós lucero porã
Acribí ndeve una carta
jha nde ne re contestái
rerecogui otro amante
chejhegüi nde resarái
(estribillo bis)
Upeva upe nde amante
ne conseguí tarö catueté
eyopy mína ne corazö
ne mandu´á anga cherejhé
(estribillo bis)
El día que ché amendá
ta ipú triste la campana
porque ché nico ya ajháma
hasta la tumba de mi alma.
(estribillo bis)
AH! MI CORRIENTES PORÄ
Letra: Lito Bayardo (Manuel Reyes García Ferrari)
Música: Eladio Martínez
Ah!, mi Corrientes porä
en donde te conocí
Correntinita ivoti
de labios color rubí;
mi pena se hace canción
cuando te quiero soñar
y entonces el corazón
y el alma quieren cantar.
Yo nunca sabré por qué
ni cómo llegaste a mí,
en cambio no olvidaré
la tarde que te perdí,
la tarde de nuestro adiós
te dije en aquel cantar:
"se queda mi corazón
en mi Corrientes Porä.
Bajo el cielo azul te recordaré
nunca te olvidé dulce amor de ayer
en la soledad de mi noche cruel
sólo se cantar cariñito fiel.
Si tienes alguna vez
memoria de lo que fui
acuérdate de un clavel
y de una noche de abril,
acuérdate de un jazmín
acuérdate dulce amor,
de un largo beso y después
dos lágrimas y un adiós.
No quiero decirte más,
correntinita ivoti
que yo me muero de amor
y que mi amor eres tú
y si no puedo tener
la dicha de verte más
que vivas siempre feliz
en mi Corrientes porä.
Bajo el cielo azul te recordaré
nunca te olvidé dulce amor de ayer
en la soledad de mi noche cruel
sólo se cantar cariñito fiel.
Juan Giliberti
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Muchas veces se ha repetido que “Corrientes tiene payé” y no faltan razones a quien acuñó la original frase. Diversos factores concurren para hacer más placentera la estadía de cuantos visitan a la provincia guaraní: tradicional hospitalidad, clima benigno e inagotables bellezas naturales, a los que debemos añadir el peculiar encanto y abnegación de sus mujeres. Los ejemplos abundan en tal sentido, pero existen algunos que por sus características destacan perfiles propios. Es el caso del actor y cantor porteño Juancito Giliberti, quien en oportunidad de viajar por breves días a la capital correntina en el año 1939 con intenciones de adquirir caballos de carrera, quedó prendado de una niña a la cual dedica los frutos de su momentánea inspiración.
Juan Bautista Ciliberti, su nombre verdadero, nació en una casa ubicada en la esquina “tanguera” de Carlos Calvo y Catamarca el 15 de febrero de 1907, iniciándose profesionalmente a temprana edad y luego de una breve actuación junto al maestro Julio de Caro emprende un extenso periplo que abarca Europa, Medio Oriente, Africa y Japón, alternando sus presentaciones con la “Orchestre Argentin Manuel Pizarro” y la típica de Cátulo Castillo en Francia y España, respectivamente, además de revistar en el elenco de la estrella máxima de París: Mistinguette. Luce invariablemente en toda ocasión un impecable traje de gaucho que le obsequiara el “Zorzal” Carlos Gardel. Recién en 1936 vuelve a Buenos Aires donde continúa su carrera artística que empieza a declinar. No obstante, prolonga su actividad con el sexteto dirigido por Jorge Sara. Posteriormente, su labor se diluye en el medio, dedicándose a la composición de temas populares, entre ellos los tangos “Sorpresa”, “Mi pobre corazón” y “Aquel beso”. Sin embargo su obra más exitosa sigue siendo el clásico vals que ofrenda con el sugerente título de “Noches correntinas” a la mujer que le ganó el corazón. Trotamundos impenitente que paseó su estampa rematada por impecable peinado gardeliano, fallece en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1966, pero la línea melódica de sus “Noches correntinas” sobrevive a la desaparición física.
Juan Giliberti (1907-1966)
Fotografía extraída del sitio web "Todo Tango".
NOCHES CORRENTINAS
Letra y música: Juan Giliberti
En una tarde triste, de muerta primavera
Corrientes en mi ensueño te vi por vez primera,
y fueron dos ojazos con su mirar de fuego
que a su mágico influjo me hicieron suspirar.
Y su mirada pura, de suave terciopelo,
embelleció la noche brillando cual lucero;
perfumando la brisa y al cielo como un ruego,
del fondo de mi alma entono este cantar.
¡Noches correntinas,
gime el canto de un porteño
y el suspiro que entre sueños
va evocando en su canción!
¡Noches correntinas,
de recuerdos cariñosos
por dos ojos muy hermosos
suspiró mi corazón!
Fueron sus ojos brujos que al embargar mi vida
la ataron para siempre en ansias contenidas.
Y al despedirme de ellos, mi linda correntina,
como si fuera un niño, me puse a sollozar.
¡Oh, bella correntina! ¿Qué has hecho de mi alma?
¿Qué has hecho de mi vida que ya no tengo calma?
¡Quisiste darme abrigo, pero cual golondrina,
no pude detenerme para poderte amar!
Continuará...
Fuentes consultadas:
-Prof. Emilio Noya. Revista "Cuando el Pago se hace Canto" - Edición Nro. 28. Pags. 47-51. 2008.
Publicación anual de la Fiesta Provincial "Cuando el Pago se hace Canto", La Paz , Entre Ríos.