Poeta, caminante, compuestero popular, guitarrero y cantor popular...Así fue Don Mario.
Logró en sus composiciones una verdadera experiencia interior y es la que, como compositor inspirado, trató de compartir y volverla trascendente, buscando y rescatando nuestra forma de ser que incluyó al hombre y a su entorno paisajístico.
Creador con una definida personalidad autoral, sus composiciones fueron una pequeña historia narrada en sólo unos minutos, en la que pintó personajes, costumbres y tradiciones de su provincia natal. Se inspiró en los tipos lugareños, en los sucesos y hechos de la vida rural, proponiendo siempre un sentido a sus creaciones y un contenido social que no ha perdido vigencia.
Desde el año 1935 inició un derrotero de juglar recorriendo todo el Litoral argentino. En cada paraje, en cada estancia, en cada fogón o bailanta de campo de “ramada güipé”, sonaba el guitarrear y la voz inconfundible de Mario Millán Medina. Contó, narró y cantó en el idioma de su gente.
Fue uno de los que introdujeron el humor sano en el chamamé, bajo la forma de situaciones simpáticas y picarescas del hombre de campo. Es así como pintó personajes como "Caraícho", "La dormilona", "El recluta", "El conseguidor", "Sargento Sapo", "La guardia de seguridad", "Los contrabandistas", "El burro", "Para usted, gringo", "El rubio Monzón", "La familia e' Taitá", "Perucho", "El poriajhú", "El colimba", "El puig bolsa", "La Tiburcia", "Gente Toro", "Así es el Juancho", entre otros temas.
Le cantó también a la guaina o amada: "Costeando", "Che Virginia porá" (a su esposa Virginia Ibarrola), "Puerto de Misiones", "Pueblito de Yatay", "El blanco naranjal", "Tardecitas de amor", "Río Santa Lucía" y tantos otros temas.
Describió con lujo de detalles acontecimientos sociales, sucesos (tristes o risueños) y lugares como: "El alma de la cañada", "La pelota de cuero", "Mi ponchillo colorado", "Pistola 500", "La guampada", "Las tres cruces", "El batatal", "El rancho e' la Cambicha", "Así se baila el chamamé", "El sobrepaso", "Bailecito social", "El Rancho Largo", "Adiós pago", "Adiós puesto", "Cuchilla triste", "Viento de fuego", "Desde los yerbales", "Puerto Eldorado", "Camino del arenal", "Noche chaqueña", "El casamiento de la Raela", "Ofrenda y flores", entre otros temas.
A título personal, siempre considero que fue el "Molina Campos del Chamamé". Así como Florencio Molina Campos fue un gran maestro del dibujo y la pintura que supo retratar los personajes típicos del campo y sus costumbres en los famosos almanaques de "Alpargatas", Don Mario hizo lo mismo pero en versos cantados. ¿Se imaginan a esos personales de Molina Campos, con sus vestimentas y esas caras con los rasgos exagerados, bailando un rasguido doble en el rancho de La Cambicha?, o al recluta parado frente al sargento y esperando a que le pidan la "papeleta"? o a la familia de Taitá con su guaina y toda la gurisada, yendo para la cosecha, junto con el loro, la "culeca" y el gallo de riña?...Sólo es cuestión de usar la imaginación y dejar escapar una sonrisa...
En fin...fue el intérprete que tradujo mil sentimientos o emociones calladas del pueblo. Ese pueblo que lo admiró y lo reconoció por sus composiciones. Y ya para ir finalizando, les paso unos fragmentos de "Don Mario Millán Medina" cuyo autor es Bernardo Ranalleti y que fuera grabado con música de Julio Cáceres por el conjunto "Los de Imaguaré".
Don Mario Millán Medina,
quiero levantar al aire
tu guitarra incomprendida.
Viste por dentro y cantaste
las cosas que todos miran;
miran sin ver el valor
de la gente en carne viva.
Carne viva de la gente
de mi tierra correntina.
de peones en la cocina;
de bailantas y troperos;
de bolichos y política;
de los caminos sin ley
de color y la divisa.
La yerra, el truco, la taba;
las cuadreras, la sortija;
las cruces de los caminos
y las ánimas benditas.
Su sapucai altanero
lanzado en forma precisa
era como desatar
las raíces correntinas.
Elaborado a partir de fuentes propias y de www.corrienteschamame.com
Hasta la próxima...