Mostrando las entradas con la etiqueta Enrique Piñeyro. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Enrique Piñeyro. Mostrar todas las entradas

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Estilos acordeonísticos en el chamamé

Profesor Enrique Antonio Piñeyro

LOS ACORDEONISTAS: Para ejemplificar esta historia de los ACORDEONISTAS CHAMAMECEROS vamos a citar algunos intérpretes del instrumento que llegaron a grabar fonográficamente en Buenos Aires, al mismo tiempo son poseedores de un ESTILO.

I - El primero de ellos que llegó a grabar discos fue MARCOS HERMINIO RAMÍREZ (1903-1966), integrante del conjunto de Mauricio Valenzuela y del "Trío Taragüi" de Pedro Sánchez. Forma su propia agrupación, con la que llega a dejar varias páginas musicales de su creación. Poseedor de un estilo bien "campiriño", traduce en su forma simple de ejecutar todo el canto de su tierra.

II - El segundo ejemplo que se consigna es el del estilo de NÉSTOR EULOGIO AMARILLA (1907-1999), quien fue un pionero de la música regional. Con su acordeón recorre el Nordeste argentino y deja grabado numerosos temas de su autoría.

Otros acordeonistas de la primera época:

Podemos citar a: CAYETANO AQUINO, "TITO" ARANDA, "TITO" AYALA, SANTIAGO BARRIENTOS, ALEJANDRO BARRIOS, RAMÓN BOGARIN, AURELIO BORDA, ALBERTO DIONISIO "CAMBÁ" CASTILLO, TRÁNSITO COCOMAROLA, RAMÓN ESTIGARRIBIA, SILVANO MOLINA, RAMÓN MAMBRÍN, FRANCISCO UMEREZ, ERNESTO MIÑO, entre otros. Todos son portadores del estilo campiriño que hemos ejemplificado con RAMÍREZ y AMARILLA.

III - El tercer ejemplo de estilo "acordeón chamamecero" es la figura de don ERNESTO MONTIEL (1916-1975), creador de una escuela acordeonística, cuyo sonido es único y la forma de ejecutar el instrumento lo identifica rápidamente al ser escuchado.

Montiel había creado también el famoso y recordado "Cuarteto Santa Ana", junto a Isaco Abitbol, pero se debe evidenciar su manera de originar ese sonido “montielero”, que es seguido por muchos intérpretes: HÉCTOR BALLARIO, "JUANCITO" MONTIEL, HONORIO SERPA, JOAQUÍN "GRINGO" SHERIDAN, CARLOS TALAVERA, "ERNESTITO" MONTIEL, entre otros.

IV - El cuarto estilo que se cita es el de TARRAGÓ ROS (1923-1978), un prototipo de ejecución propio de la zona céntrica de Corrientes (Curuzú Cuatiá). Su sonido y estilo es inconfundible y hoy es muy imitado por tratarse de un ritmo muy contagioso que invita al baile. Pero las raíces de su estilo se lo debe buscar en el acordeón de SERAFÍN ALTAMIRANO, de GUALBERTO PANOZZO, de RICARDO ZANDOMENI, entre otros. Son ellos en realidad los gestores de este "ESTILO TARRAGOCERO", del llamado "CHAMAMÉ MACETA" por algunos.

Son muchos los acordeonistas que siguen este estilo. Se mencionan aquí solamente a algunos, y siempre en orden alfabético:

ROGELIO ALMIRON, ANTONIO ARBALLO, "CACHO" BARRIENTOS, LUIS BARROS, OSCAR BURGARDT, ANDRÉS CAÑETE, JUAN CHAZARRETA, MARCOS CORIA, "PANCHO" ESCALADA, "CHUNO" GONZÁLEZ, "PITO" GUERRERO, SEGUNDO GUERRERO, OSCAR GUTIÉRREZ, ANÍBAL LEBED, PASTOR LUNA, NÉSTOR MALDONADO, "PABLITO" MARTÍNEZ, "MONCHITO" MERLO, RAMÓN MERLO, RAMÓN PIRIZ, AGUSTÍN TORRES, ANTONIO TARRAGÓ ROS, entre otros.

OTROS ACORDEONISTAS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA ÉPOCA:

Por tratar de catalogar a los acordeonistas chamameceros podemos citar a algunos nombres que llegaron a trascender en sus actuaciones discográficas y como integrantes de algunos conjuntos fueron en su momento muy populares.

Ellos son: "CACHO" ARRIOLA, RAMÓN CORNELIO CABRERA. ANTONIO CENA, ABELARDO DIMOTTA, FORTUNATO FERNÁNDEZ, "CHICO" MACIEL, AMBROSIO WALDINO MIÑO, ERNESTO MIÑO, ALFREDO MIRANDA, JOSÉ CAYETANO RAMÍREZ, MIGUEL REPISO, ARGENTINO TOLEDO, LORENZO VALENZUELA. Todos poseedores de un estilo propio que los caracterizó y que dejaron huellas musicales imperecederas en la historia de la música chamamecera.

V - El quinto ejemplo de un estilo inconfundible es el de ROQUE (LUIS) LIBRADO GONZÁLEZ, acordeonista que acompañara por muchos años a don Tránsito Cocomarola en su conjunto. GONZÁLEZ es un auténtico creador de una manera expresiva del acordeón, que también se refleja en sus composiciones y en sus famosos temas grabados junto al "Taita del Chamamé".

De la misma época se pueden citar a otros acordeonistas: ENRIQUE BARBÍN, RAMÓN CABRERA, "TILO" ESCOBAR, FAUSTINO RODRÍGUEZ, BRÍGIDO GONZÁLEZ, EDUARDO ROMERO, OSCAR SÁNCHEZ, MARCOS ZARZA, MANUEL ZBINDEN, entre otros.

VI - El sexto ejemplo es el de RAÚL BARBOZA, un verdadero estilista del acordeón, con quien culmina toda una escuela chamamecera. En este creador se fusionan las herencias del "estilo campiriño", del "estilo montielero" y de otras raíces chamameceras, que dan lugar a una nueva forma de ejecutar el acordeón.

De esta misma época y con sus estilos propios aparecen otros acordeones, como los de AGUSTÍN BARCHUCK, "COQUIMAROLA", JORGE ARMANDO DIMOTTA, "DOMINGUITO" ESPINOZA, "PUCHI" LEDESMA, ANÍBAL MALDONADO, LUIS ÁNGEL MONZÓN, entre otros.

Quizás las raíces del estilo de RAÚL BARBOZA debemos buscarlo también en la forma de ejecutar que tiene "PEDRITO" MONTENEGRO, a quien admiramos por ser uno de los más completos instrumentistas chamameceros.

VII - En séptimo lugar en esta historia encontramos el estilo de "FITO" LEDESMA, otro auténtico chamamecero que bebe en la fuente del estilo "campiriño" mercedeño. Él es el portador de una maestría insuperable en la digitación del teclado del acordeón, que para esta época ya se ha superado técnicamente y ofrece mayores recursos para el ejecutante.

Del estilo mercedeño podemos citar, con estilo propio, a EDUARDO MIÑO, "MARIANITO" MIÑO y su hijo "RAULITO" MIÑO. No hay que olvidar a RUBÉN MIÑO, otro gran estilista del acordeón. Debemos agregar a: RAÚL ALONSO, "JUANCHI" CABRERA, FRANCISCO DAVID FERNÁNDEZ y "POCHO" ROCH.

VIII - En octavo lugar y entre los jóvenes estilos acordeonísticos, se encuentran dos vertientes:

La de ANTONIO TARRAGÓ ROS, hijo del "Rey del Chamamé", que inicialmente transita por el estilo de su padre, para luego convertirse en un permanente buceador de "lo nuevo". Pero en todos los casos Antonio demuestra un talento creativo que no lo abandona y un dominio del instrumento realmente sorprendente.

La segunda vertiente es la de "NINI" FLORES, un verdadero virtuoso del acordeón, donde se unen un conocimiento musical y una digitación realmente prodigiosa, con un talento creativo que origina un estilo contemporáneo, en una modalidad de ejecución en el que se engarza el temperamento personal, el esfuerzo sostenido y el logro de un lenguaje expresivo propio.

* * * * *

Estos ocho estilos representan, en síntesis, una verdadera historia que nace discográficamente en la década del '30 y se extiende hasta hoy (80 años) en forma ininterrumpida. Esto demuestra no solamente la vigencia del instrumento con que el tiempo se ha ido perfeccionando, sino también la vitalidad expresiva de la música "chamamecera" y de los intérpretes del acordeón que siguen vibrando al conjuro del hechizo que posee nuestra música. Pido perdón por no mencionar a todos los acordeonistas chamameceros, a los que ya no están y a los que aún en estos momentos están tecleando el instrumento para liberar al viento musical de nuestra tierra...

Fuente:
Piñeyro, E.A. 2005. Estilos acordeonísticos en el chamamé. En: El chamamé, música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución). Primera parte, Cap. III: Los antecedentes instrumentales y los músicos chamameceros. Moglia Ediciones, Corrientes. p. 155-159.

Los acordeonistas chamameceros. Datos históricos. Etapas

Prof. Enrique Piñeyro

El acordeón diatónico es el instrumento por excelencia en la música folklórica correntina. Desde su arribo a estas tierras, hecho ocurrido entre los años 1840 a 1850 aproximadamente, el acordeón sufre un proceso de folklorización, es decir que se adapta a las necesidades específicas de la expresión musical del correntino y, se puede decir también, del hombre de la región Nordeste y Litoral.

De esta manera se escribe una historia paralela, solidaria, entre el acordeón diatónico -y luego cromático-, y los motivos populares que se van originando en este proceso que se menciona. También se escribe la historia de los acordeonistas de la música folclórica regional, que es compaginar, al mismo tiempo, la historia de la música chamamecera, porque el ACORDEÓN es el instrumento musical elegido por el pueblo correntino para expresar SU MÚSICA.

DATOS HISTÓRICOS

El primer antecedente histórico sobre la aparición del ACORDEÓN se halla citado por Vicente Gesualdo, en su libro “Historia de la música argentina”, Tomo II, página 918, donde señala: “En nuestro medio, el acordeón era conocido ya en la época de Rosas; ‘La Gaceta Mercantil’, del 6 de Marzo de 1843 dice que entre los bienes del prófugo salvaje unitario Leandro Delgado, se remataron una guitarra y un acordeón...”.

Esto ocurría en Buenos Aires, en 1843, catorce años dospués de la fecha de patentamiento del ACORDEÓN por su inventor, que fue Cyrill Demian, hecho ocurrido en Viena el 6 de mayo de 1829.

El escritor LUCIO V. LOPEZ, en su obra “La Gran Aldea” relata el regreso del general Bartolomé Mitre después de la batalla de Pavón, hecho ocurrido el 17 de Septiembre de 1861. Mitre va al bajo, a ver las tropas que llegan en barcos por el río, y señala: “Varios carreros del bajo, en traje de fiesta, se habían congregado para oír a dos de ellos, armado uno, con una guitarra, y, el otro, con un acordeón”.

Está la certidumbre de la ejecución del acordeón en el “bajo de Buenos Aires”, en 1861, acompañado por una guitarra, entre los estratos sociales populares.

Para encuadrar este tema, se hace necesario establecer un ordenamiento, que posibilite sistematizar la aparición participativa de los innumerables ACORDEONISTAS CORRENTINOS que a lo largo de los últimos ciento veinte años -1880 a 2000-, han protagonizado la auténtica historia de la música folklórica de la Provincia.

Es muy difícil la búsqueda de un ordenamiento que reúna claridad histórica y al mismo tiempo propicie observar la evolución a que se hace referencia.

Se encuentra un desarrollo histórico y una evolución instrumental que corren paralelos a la creciente tecnificación del instrumento y al aprovechamiento que los diversos intérpretes han promovido, en estilos y modalidades de ejecución que los caracterizan.

Es indudable que para narrar en pocas líneas estos más de cien años de ejecución del instrumento “típico” y característico del músico folklórico correntino, se hace necesario reseñar brevemente la aparición del instrumento musical ACORDEÓN (de una hilera de teclas), aproximadamente entre 1860/70; luego, la inclusión del de dos hileras o diatónico, con ocho bajos, entre 1880/1900; y su perfeccionamiento técnico posterior, entre 1900/1930.

El surgimiento del acordeón de tres hileras, perfeccionado en sucesivas etapas e intentos, con mayores posibilidades tonales y con el empleo de materiales modernos, más resistentes y duraderos, con mayor precisión de fabricación (1940-1960), ha propiciado las etapas y las fases que se encaran sintéticamente en este material.

Luego, en las décadas del ‘60 al ‘80 se integra, en una síntesis técnica, el empleo masivo de acordeones de tres, cuatro, cinco y hasta seis hileras, con diversos cambios tonales, con dúos armónicos o “enganche múltiple” de notas, etc., que va a enriquecer en forma indudable, las modalidades interpretativas de los músicos profesionales que hacen honor al folklore de la provincia.

Se emplea el método “histórico-sincrónico y comparativo” para sistematizar este“tiempo de acordeonistas”, realizando un ordenamiento en cuatro grandes etapas, que señalan una evolución instrumental, interpretativa, y que pretende, al mismo tiempo, ubicar en el lapso histórico la invalorable participación que han tenido en esa evolución y desarrollo los acordeonistas y que, lógicamente, pertenecen también a guitarristas, bandoneonistas, cantores, compositores, etcétera, que han conjugado sus esfuerzos y sus ideales artísticos para plasmar obras musicales de tanta belleza y significación.

Pero se hacía necesario adoptar la presencia única del intérprete del “acordeón”, para establecer, en esta instancia, su real dimensión, su real valoración, su auténtica significación y, por sobre todo, el rescate del olvido de muchos músicos correntinos que, con su obra gestada con el alma, han enriquecido este tiempo de sonidos musicales en un instrumento heredado del “Viejo Mundo”, que posibilitó la traducción artística y sonora de un entorno natural rico y que se transformó en“paisajes del alma”, originando un mundo sonoro inédito, genuino y auténtico, creación de hombres y mujeres que supieron transformar en sonidos sus vivencias más puras, las que sólo DIOS otorga a los elegidos, para traducir a sus hermanos las vibraciones del corazón.

LAS ETAPAS

Las cuatro etapas consignadas son las siguientes:

1) Los precursores
2) Los pioneros
3) Los creadores
4) El movimiento de síntesis o de los continuadores.

1) LOS PRECURSORES: Se denominan así a los músicos que, sin llegar a un profesionalismo comercializado, han actuado y actúan en la zona de residencia, originando, de una manera u otra, las modalidades interpretativas que gestarán los estilos y “modelos” de aprovechamiento de los limitados sonidos del acordeón de una y de dos hileras, creando una “escuela acordeonística correntina”, de futuros aprendizajes que, sistemáticamente, se divulgan de padres a hijos, de boca a boca, se podría decir, de mano en mano, sin seguir un patrón riguroso, sino que cada intérprete asume como una manera propia de ejecución, que delega en otros, como una herencia, hasta que la difusión permite una pertenencia plural y, por asentamiento sucesivo, se van enriqueciendo las características interpretativas del instrumento en ritmos propios.

Se sabe que en otras localidades del país también se emplea el acordeón.

Hay grabaciones del Noroeste y de la pampa sureña de la república, y se observa en sus ritmos propios la diferencia de las modalidades interpretativas.

Aguzando un poco el oído, se puede observar que también dentro de la Provincia existen rasgos característicos que tipifican una marcada manera o modelo interpretativo en los ejecutantes acordeonistas. Parece que en algunos músicos aparecen ciertos matices y aprovechamientos técnicos que permiten una ejecución que responde a la propia naturaleza y temperamento del artista, y a una manera personal de traducir el paisaje geográfico al cual pertenece.

Estos rasgos, que son evidentes en la formación de estilos y maneras de ejecución del acordeón, permitirá, posteriormente, agrupar a los intérpretes en las otras etapas ya citadas.

Ellos son (1):

En Capital: Alejandro Barrios; Ramón Bogarín; Ramón Mambrín
Paso Martínez (departamento Capital): Anselmo González, Félix González;
Bella Vista: R. Scófano
Concepción: Justo Justiniano Alegre
Curuzú Cuatiá: Gualberto Panozzo
Esquina: Gustavo Adolfo Hayes
Vence Rincón (departamento General Paz): Jovino Sosa
General Paz: Pablo Valenzuela
Ituzaingó: Manuel Leandro Báez Núñez, “Chana” Barrios, Lorenzo “Cacho” Contte, Santiago Domínguez, Ramón “Moncho” Duarte, Robustiano López
La Cruz (Departamento San Martín): Rosario C. de Ramírez
Mburucuyá: “Quelo” Lugo
Mercedes: Carlos Barrios, “Cambá” Castillo, Eulogio Miño
Mariano I. Loza (Departamento Mercedes): Nicolás Cabrera, Lorenzo Moreira, Isaac Parras
San Roque: Jamario Felipe Félix Torres
9 de Julio (departamento San Roque): Ramón Melideo Aguirre
Sauce: Gerónimo Correa, y tantos otros que no se mencionan aquí.

Los “precursores” permiten conformar un ámbito geográfico propio, donde actuaron y aún actúan, en algunos casos. Pero no están todos. La nómina sería casi interminable; sólo se mencionan a aquéllos de los que se tiene referencia probada de su actuación.

2) LOS PIONEROS: Se hace referencia a los primeros acordeonistas que llegan a actuar profesionalmente, dentro y fuera de la Provincia de Corrientes. Muchos de ellos graban placas discográficas y, otros, llegan a apoyar a conjuntos folclóricos correntinos que actúan en Buenos Aires y en otras provincias, en la búsqueda afanosa y titánica de imponer un ritmo musical que, en esos primeros años (1920-1940) es marginado de los salones de baile del centro de la gran ciudad.

Estos acordeonistas son “pioneros” también, porque traducen en sus instrumentos las diversas modalidades interpretativas que han sustentado sus conocimientos primarios del instrumento y repiten, de una manera ritual, aquella modalidad aprendida que lentamente empieza a poseer solidez, a encuadrarse armónicamente, y que por un proceso de acrisolamiento de experiencias artísticas, se va perfeccionando, modelando al gusto masivo del pueblo, único destinatario de sus emociones, pero que no pierde su esencia y su genuino origen.

Muchos de estos pioneros, vieron las luces del éxito, del aplauso sostenido; otros, actuaron fugazmente en Buenos Aires, y luego fueron olvidados completamente.

Se han rescatado nombres de muchos acordeonistas que merecen el respeto y el emocionado afecto y, por sobre todo, el reconocimiento por sus aportes al folklore musical de la provincia de Corrientes.

Los “pioneros” son:

Néstor Amarilla, Cayetano Aquino, “Tito” Aranda, “Cacho” Arriola, “Tito” Ayala, Aurelio Borda, Ramón Cornelio Cabrera, Alberto Dionisio “Cambá” Castillo, Tránsito Cocomarola, Marcos Herminio Ramírez, Francisco Umérez (primera época); Santiago Barrientos, Antonio Sena, Abelardo Dimotta, “Coco” Encinas, Ramón Estigarribia, Fortunato Encarnación Fernández, Oscar Fernández, “Chico” Maciel, Ambrosio Waldino Miño, Ernesto Miño, Alfredo Miranda, Silvano Molina, Pedro Montenegro, José Cayetano Ramírez, Miguel Repiso, Mariano Rodríguez, José Antonio Salinas, Argentino Toledo, Lorenzo Valenzuela, entre otros.

La nómina no se agota en estos nombres; son los que, de una manera u otra, han representado, dentro del espectáculo musical, un momento valioso de su historia, de su formación instrumental.

La trayectoria de muchos de ellos fue dilatada y el reconocimiento del público fue unánime. En otros, la actuación nunca pudo ser medida en aplausos, pues su destino musical sólo permitió la brillante fugacidad del movimiento de una estrella. Pero su recuerdo perdura y sus personalidades han quedado impresas, para que figuren sus nombres en la galería de intérpretes que ofrecieron lo mejor de sí, de su alma y, fundamentalmente, fueron los protagonistas esenciales de un movimiento musical que es orgullo de Corrientes.

3) LOS CREADORES: Se ubican aquí sólo unos pocos nombres, como representantes genuinos de una herencia musical directa de los “precursores” y de los “pioneros”. Muchos de ellos transitaron también, a su manera, esas dos instancias mencionadas. Pero su actuación, dentro del panorama musical, su versatilidad interpretativa, su poder creativo, su originalidad, le otorgan un lugar especial en la historia de la música folklórica correntina.

Llegan luego de transitar un largo camino de trabajo sin descanso, de búsqueda incesante de esa identidad musical, o estilo propio, que hace “escuela” y se encarna en una modalidad propia de ejecución, en la que engarzan el temperamento personal, el esfuerzo sostenido y el logro de un lenguaje expresivo propio.

En muchos de ellos, esta manera de ejecutar origina un estilo, que es seguido por otros músicos (los “continuadores”), que ya empiezan a encontrar caminos propios, modelos interpretativos personales, que manifiestan sus vivencias y rescatan, al mismo tiempo, las raíces esenciales de la música tradicional.

Muchos “pioneros” son, en esencia, “creadores”. Fueron, en su momento, y gestaron modalidades expresivas únicas. Pero el tiempo las fue superando, cuando algunos intérpretes perfeccionaron esa “modalidad o estilo”, y dan nacimiento a otro estilo nuevo, cuya fuerza expresiva es mayor, y termina por imponerse definitivamente.

Por ello, esta sistematización no pretende ser excluyente, ni marginar a nadie.

Este ordenamiento tiene tan solo vigencia en el tiempo presente, para una mayor comprensión histórica y musical. Pero dentro de unos años aparecerán otros nombres, y sus luminarias artísticas, su poder de creación, les permitirá ascender a lugares privilegiados dentro del ancho mundo de la popularidad, de los consagrados.

La nómina deja traslucir, en cada intérprete, una modalidad expresiva incuestionable y de fácil identificación, por sus rasgos característicos, que han sido modelados tras largos años de constante dedicación. Sus estilos son las brechas abiertas, los senderos por donde transitan muchos intérpretes. La avasallante fuerza de sus temperamentos expresivos dominan con sonidos cada una de sus interpretaciones, y cada uno de ellos es un estilo diferente que convoca al recogimiento y respeto por los rasgos de originalidad y genialidad que contienen.

La nómina de los “creadores” -siempre en orden alfabético-, es la siguiente:

Raúl Barboza, Roque Luis (Librado) González, “Fito” Ledesma, Ernesto Montiel, Marcos Herminio Ramírez, Tarragó Ros.

Esta selección no es casual, ni pretende reflejar marginaciones de otros intérpretes muy valiosos. Sólo consigna la aparición de seis (6) modalidades inconfundibles, que representan a muchas otras de acordeonistas de alto nivel creativo que, con pequeños matices de diferencia, pueden ser ubicados también en este lugar.

Pero se ha preferido la síntesis en la selección de los estilos acordeonísticos, para evidenciar, de una forma clara, las corrientes expresivas vigentes, el carácter que posee cada uno de ellos, y posibilitar un encuadre acorde con la evolución histórica de cada intérprete, acorde también con el temperamento que cada uno ha adoptado y que ha seguido manteniendo, conformando un lenguaje musical que le pertenece, que puede ser aceptado o no, pero que perdura, por poseer esos “gestos propios” que le son connaturales y representativos en el tiempo y en el espacio (historia y geografía), en la evolución y desarrollo de la auténtica música tradicional de Corrientes.

4) MOVIMIENTOS DE SÍNTESIS: Se incluyen aquí a los “continuadores”, a los“innovadores”, a los “renovadores” del estilo acordeonístico correntino. Aquí están los nombres de los intérpretes que han seguido el camino de los “creadores” y, cada uno a su manera, pretende encauzar un estilo propio que se enriquece día a día, y cuyo destino final es impredecible por los méritos alcanzados.

Cada uno de estos músicos posee vivencias propias, que las ofrecen en sus interpretaciones. Cada uno traduce en sus ejecuciones los rasgos estilísticos aprendidos y que hoy ya poseen encarnadura propia. Y en cada una de esas personalidades, algunas con una fuerza expresiva inusitada, ya se perfilan como auténticos creadores; otros prefieren transitar el camino de los consagrados, y en un mimetismo perfeccionado, le otorgan nueva luz a aquellos estilos de los“creadores” o de los “pioneros”, que vuelven decantados, rejuvenecidos y con aire de renovación.

Todo es valioso y aporta, en su medida, a la vigencia de la ejecución del instrumento “típico” y preferido de la música folklórica correntina.

La lista que se transcribe a continuación no pretende reflejar la totalidad de acordeonistas correntinos que actuaron, o actúan hoy, en forma profesional. Sólo es un intento por mencionar a los que en los últimos años han dedicado sus mejores afanes por brindar lo más genuino de sus sentimientos. Y muchos han logrado un lugar preferencial en el gusto popular; otros han sobresalido por el espíritu de búsqueda. Otros han permitido perdurar o renovar los viejos estilos chamameceros.

Por ello no se entra en un análisis crítico de estilos o tendencias musicales, tan sólo se permite anotar los nombres de estos privilegiados creadores de la música tradicional de la Provincia, como un sincero HOMENAJE, como un reconocimiento unánime a sus indudables méritos, a la calidad interpretativa que ponen de manifiesto y al talento que caracteriza a cada uno de ellos.

Al correr del pensamiento, se consignan los nombres de estos “iluminados” del acordeón, que son orgullo de la música correntina:

Ruperto Alegre, “Mencho” Argüello, Héctor Ballario, Enrique Barbín, Arturo Barbona, Agustín Barchuck, Ramón José Barrientos, Anselmo Barrios, Ignacio Cabrera, Ramón Cabrera, Andrés Cañete, Andrés Cardozo, José Casco, Juan Castro, “Coquimarola”, Jorge Armando Dimotta, Félix Duarte, “Tito” Escobar, Domingo Espinoza, Alfredo Fernández, “Niní” Flores, Angel Franco, Roberto Gallardo, Hermanitas Gómez, Basilio González, Brígido González, Marciano González, Roberto González, Luciano Ibarra, Rodolfo J. Leoni, Ramón López, Aníbal Maldonado, Ramón Merlo, “Monchito” Merlo, Cecilio Meza, Marciano Meza, Antonio Aníbal Miño, Eduardo Miño, “Goyo” Miño, Marianito Miño, Raulito Miño, Rubén Miño, Luis Angel Monzón, Vicente Perelló, Edmundo Pérez, Ramón Quevedo, “Pocho” Roch, Faustino Rodríguez, Eduardo Romero, Alberto Ruíz Díaz, Oscar Sánchez, “Papi” Saucedo, Juan Sena, Carlos Talavera, Antonio Tarragó Ros, Antonio Velozo, Marcos Zarza, y los MIL ACORDEONES chamameceros que están vibrando, que existen, y no se mencionan aquí.

Y los otros mil más, que en estos momentos están aprendiendo a “teclear” este instrumento donde se halla encerrado el “viento musical de la tierra correntina...”.

CONCLUSIONES

Luego de transitar la lectura de las “etapas” en las que se pretende encuadrar más de cien años de ejecución del ACORDEÓN en la provincia, es preciso esbozar algunos principios que orienten las investigaciones personales se puede afirmar que:

- Existe una evidente evolución, con carácter paralelo, de tipo histórica-sincrónica referida a la aparición, ejecución y perfeccionamiento posterior del instrumento musical ACORDEÓN, y las modalidades expresivas asumidas por los ejecutantes.

- Se puede comprobar una íntima relación entre las diversas modalidades expresivas de los “ACORDEONISTAS” y la ubicación geográfica de donde provienen, viven o han “bebido” sus primeros aprendizajes. Es decir, una relación directa entre ámbito geográfico y estilo o modalidad propia de ejecución.

- Que las “etapas” de PRECURSORES, PIONEROS, CREADORES y MOVIMIENTO DE SÍNTESIS o CONTINUADORES, coexisten simultáneamente, y posibilitan una comprensión fenomenológica de los múltiples y diversos aportes que los ACORDEONISTAS CORRENTINOS han propiciado en logros y evoluciones notables, dentro del panorama de la música folclórica de la provincia, en su rica y vibrante historia pasada, en el presente lleno de vigencia y en el futuro, puerta abierta que afirma la permanente “vitalidad expresiva” de la música folklórica de la provincia de Corrientes.

Nota:
(1) La nómina de los intérpretes, así como el de los departamentos, está en orden alfabético.


Fuente:
Piñeyro, E.A. 2005. Los acordeonistas chamameceros, Datos históricos. Etapas. En: El chamamé, música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución). Primera parte, Cap. III: Los antecedentes instrumentales y los músicos chamameceros. Moglia Ediciones, Corrientes. p. 145-155.

lunes, 17 de julio de 2017

Historiando cantares - El burro

Hola mis amigos.
En esta oportunidad quiero compartir la historia del clásico chamamé de don Mario Millán Medina (1914-1977): "El burro". 
El texto fue extraído del libro "Mario Millán Medina, el cantor chamamecero. La otra lectura de sus canciones", excelente obra del profesor Enrique Antonio Piñeyro quien realiza un exhaustivo análisis de esta composición, la cual va más allá del mero sentido humorístico que tiene la letra. En palabras del profesor Piñeyro, fue uno de los temas de Millán Medina "más controvertidos y menos comprendidos".
Aquí la historia y el análisis de este clásico del cancionero litoraleño.
Hasta la próxima.
Pablo


Don Mario Millán Medina
(fotografía gentileza del Sr. Rubén Diez, Goya, Corrientes)

Profesor Enrique A. Piñeyro

Uno de sus temas más controvertidos y menos comprendidos, sin lugar a dudas, fue el chamamé "El burro". Se presentan en él los tres encuadres que nos permitirán conceptualizar el verdadero sentido metafórico de carácter agreste, vulgar y hasta prosaico de sus versos. Afirmarnos que se necesita "la otra lectura", es decir, una mirada diferente para traducir la interacción "significado-significante" que el texto propone.

En síntesis, "El burro" es una figura animal que equivale, en este tema, al hombre que por su edad ya entrada en los 70 años no posee las destrezas, habilidades, cualidades y fuerza física para encarar el trabajo de campo. Las tareas que cuando joven asumiera tenían requerimientos especiales y específicos.

También su vigor sexual se ve menguado y solo le resta "durar un poco más", mientras se lamenta y se compadece de su declinación, que la considera lógica en su vaga conceptualización biológica.

El mismo Millán Medina explicó a un estudioso de Goya, profesor en Letras y eminente investigador, el profesor Bernardo Ranalletti, que "...un anciano, mencho correntino, muy capaz en su vida de tropero, domador y puestero, fue quien en una charla le dijo una vez: "y aquí ando, viejo y rengo, lamentándome como el burro viejo" y agregó "...ya no puedo hacer lo que antes podía, para vivir aquí en el campo...ni las changas me dan...dicen que ya no sirvo ndayé...". Otros datos sobre este diálogo lo reseñaremos con posteridad a la transcripción de los versos del citado chamamé para lograr una mayor comprensión del texto.

De este diálogo toma la idea y surge la concepción de una filosofía de carácter existencial. El cantautor emplea un lenguaje lírico para explicar esta etapa de declinación finita y mortal del "avá", toma la realidad del hombre y sus circunstancias.

El tema musical citado traduce en tres minutos de versos y melodía el símbolo e imagina la situación vivencial que requiere un metalenguaje y una decodificación del contenido que lo expresa.

La canción, con  melodía y ritmo de chamamé, destinada al consumo masivo del oído y mentalidad del paisano correntino, lleva a Millán Medina a establecer en un vocabulario comprensible y popular que conduce a re-pensar la vida del paisano.

Los intentos para calificar este vocabulario conforman una estructura del lenguaje que a primera vista se evidencia como de un pintoresquismo lingüístico, propio del hablar vulgar del correntino. En la actual filosofía y antropología se denomina "Desconstrucción del lenguaje" e "Interpretación estructural de la metáfora", como lo explican Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Jacques Derrida y otros.

Por lo tanto, este tema musical nos invita a realizar "la otra lectura", que acentúa la interpretación más allá de lo real y nos introduce al universo imaginario y simbólico, del mágico vocabulario popular que posee el habla del correntino y que merece realmente un análisis del carácter integral.

Transcripción de los versos del chamamé de Mario Millán Medina:

EL BURRO (chamamé)

(registrado en SADAIC el 07/07/52)

Letra y música: Mario Millán Medina

Me llaman don Policarpo
porque soy el burro viejo.
Me quieren sacar del puesto
porque hay pocas aguadas.
Yo prefiero la manada
aunque no haya capií.
Me voy a quedar aquí
para morir en mi ley,
en mi ley debo de morir...

Yo soy animal del campo
y mi vida es muy agitada.
Metido en la manada
al lado de la madrina.
Si es que le hago cosquillas
ya me da una pateadura.
Levanto mi caradura
y ya le empiezo a rebuznar,
y le empiezo a rebuznar...

Yo siempre seré mentado
en cualquier estancia honesta.
Pasaré los alambrados
aunque me pongan horqueta.
Me tuzan a la mandioca
con la cola bien pelada.
Igual voy a quedar aquí
metido entre la manada.
En mi ley debo de morir,
en mi ley debo de morir...


EL DIÁLOGO QUE INSPIRÓ AL COMPOSITOR

Se transcriben a continuación los fragmentos del diálogo que motivaron a Mario Millán Medina para escribir los versos de la composición "El burro".

"Me llamo Policarpo Araujo, tengo 70 años ya...soy puestero (1) de este campo y porque ya soy viejo me quieren sacar del "puesto" donde vivo hace como 35 años ya...Me dijieron (2) que en este campo del patrón ya no hay "aguadas" (3) para tomar las 800 cabezas de ganado del dueño...Pero eso es mentira...Aunque no haya "capií" (4)...pasto eso...yo me voy a quedar aquí, trabajando en lo que puedo...para morirme en mi ley de correntino...en mi forma he de morir pue (5)...siempre fui "mencho avá" (6) y puestero...en este mi rancho...Yo pronto fui nacido y criado en el campo y mi vida, fue de siempre, de mucho trabajo...Fui tropero, domador, marcador en yerra, pialador, boyero y...después a la (7) final nicó soy puestero...cuidador del puesto cuatro de esta estancia que se llama "Santa Lucía", del campo del patrón karaí caté (8)...esto co es Lavalle (9)...Siempre estuve metido entre la manada (10), entre hombres menchos y antes siempre de a caballo...Cuando era joven jue yo (11) hago yunta (12) con los avá de trabajo...Me arrimaba jue tamién (13) a las guaynas (14)...en los bailes y la musiqueada...yo sabía jué estar entre las kuñá (15)...nunca fui un caradura...siempre miré de frente y sé ser hombre respetuoso con las mujeres...Trabajé mucho en mi vida y fui pronto honrado...por eso soy mentado (16) en cualquier estancia honesta (17)...soy fiel y honrado y sé defender lo mío aunque ahora me quieran poner "la horqueta" (18) por el cuello y como a los caballos me quieren tuzar a la mandioca (19)...me quieren hacer pronto de los Autonomistas...creen que van a judear por mí (20)...creen que porque ya soy viejo ya no sirvo y me van a llevar de aquí para allá...pero yo igual pronto me voy a quedar aquí...metido entre los avaité (21)...y en mi ley he de morir, así como de siempre jué (22)...fui hombre de trabajo...

REFERENCIAS: vocabulario de uso rural en Corrientes.

(1) PUESTERO: el designado para habitar el puesto. El que vive en el puesto. Cuidador de una zona o parcela de la estancia.
(2) DIJIERON: dijeron.
(3) AGUADAS: lagunas, pasos de agua, tajamar, etc. Lugar donde beben agua los animales (vacunos, equinos, lanar, etc.). Puede ser natural o excavada para recoger agua de lluvia o por canalización de alguna laguna cercana.
(4) CAPIÍ: paja, pastizal, pasto blando, comida del ganado vacuno y equino.
(5) PUE: pues.
(6) MENCHO AVÁ: hombre mensual, empleado de las estancias correntinas. Puede trabajar en diversos quehaceres: tropero, domador, en yerras, boyero, pialador, puestero y otras actividades que requieren habilidades y destrezas especiales.
(7) A LA FINAL: al final.
(8) KARAÍ CATÉ: señor rico.
(9) ESTO CO ES LAVALLE: esto es el departamento Lavalle, Corrientes.
(10) MANADA: se aplica generalmente al rodeo o conjunto de equinos. Aquí se trata de una metáfora que refiere al grupo de hombres que trabajan juntos en la estancia.
(11) JUÉ YO: yo fui.
(12) HAGO YUNTA: hago pareja o dúo para trabajar.
(13) TAMIÉN: también.
(14) GUAYNAS: mujeres jóvenes.
(15) YO SABÍA JUÉ ESTAR ENTRE LAS KUÑÁ: yo sabía siempre estar entre las mujeres en forma decente, respetuosa.
(16) MENTADO (de mentar): que tiene buena fama.
(17) ESTANCIA HONESTA: estancia donde se trabaja legalmente.
(18) HORQUETA: es un pedazo de rama (generalmente de guayabo, tala o guayaiví) con un ángulo agudo (con sus lados o brazos de más de 80 cm cada uno), al que se le hace un agujero en el mango o parte de donde nace la horqueta (de unos 40 cm). Utilizado como herramienta para estirar los alambrados. Este palo o trozo de madera se usa también para colocar atado al cuello de los animales (vacunos, sobre todo) que tienen por hábito atravesar los cercos e introducirse en los plantíos, chacras, campos, etc., y se les coloca para evitar que crucen los alambrados de campos ajenos.
(19) ME QUIEREN TUZAR A LA MANDIOCA: acción de cortar la crin y cola del caballo (tuzo). En la zona rural de Corrientes el tuzo de los equinos denotaban la opinión política del jinete o propietario. Los del partido político "Liberal" (Azules) le dejaban cerquillos sobre la cara en el tuzo de la crin y la cola larga. Los del partido "Autonomista" (Colorados), como partido político contrario, dejaban la crin al ras y la cola tuzada al palote o a la mandioca. 
(20) JUDEAR POR MÍ: quieren jugar conmigo, con mi pensamiento político.
(21) AVÁ ITÉ: los hombres verdaderos, de trabajo.
(22) ASÍ COMO DE SIEMPRE JUÉ: así como siempre yo fui, mi manera de ser siempre.
(23) (Expresión usada en los versos) METIDO ENTRE LA MANADA (ver referencia N° 10), AL LADO DE LA MADRINA. Madrina: yegua tutelar que lleva colgado del pescuezo un cencerro para indicar su presencia a la tropilla o conjunto de animales yeguarizos o de caballos mansos, acostumbrados a andar siempre juntos y obedecer la dirección de la "madrina", orientado por el arreador.

Aquí el compositor consigna una costumbre que refiere a la "obediencia para ejercer el trabajo de campo, siguiendo las órdenes del capataz u orientador del grupo de tareas que en cada caso le requieran".

CONFIGURACIONES ACLARATORIAS

Estas voces, giros idiomáticos, modismos, regionalismos, lenguaje rural, yopará (fusión mestiza del guaraní y el español), metáforas, metalenguaje, códigos verbales y palabras que poseen significaciones especiales, tienen que ser asumidas de acuerdo con el matiz y la oportunidad dónde, cómo y cuándo se la expresa.

Caben en la verificación del compositor Mario Millán Medina, de una manera específica, casi secreta, que requiere una necesaria decodificación. Este cantautor emplea con sutileza y evidente conocimiento lingüístico muchas ideas para estructurar cada una de las palabras de sus versos, que luego las musicaliza adecuadamente.

Quien desconoce la verdadera historia real que se esconce detrás de cada estrofa, no logra interpretar esta canción. Las diversas versiones grabadas que hemos escuchado en ejecuciones discográficas de varios cantantes, no trasuntan el real significado que este chamamé expresa. Las vivencias del peón rural en Corrientes son captadas por el compositor de una manera integral, y en cada verso, evidencia una determinada situación psicosocial, económica y cultural digna de ser analizada.

Hans-Georg Gadamer en su libro "Arte y verdad de la palabra" (Editorial Paidós, Buenos Aires, 1998), en el Cap. 7 "Los límites del lenguaje", consigna: "La poesía es una gran instancia que permite experimentar el carácter propio y extraño del lenguaje"..."Esto mismo le pediría yo al intento de decir con palabras propias lo que ha pensado otro (en sus versos) y lo que aparece entre nosotros con un ropaje lingüístico distinto, ya sea como palabra o como texto...".

Y concluye..."me gustaría aludir, como límite del lenguaje, a lo que está por encima de lo lingüístico, al límite más allá del cual está lo no dicho y quizás, lo que nunca podrá ser expresado".

Futuras investigaciones referidas al mencionado compositor podrán determinar, con mayores méritos, las confusiones que pueden emerger de sus versos, sino se consideran que los mismos, en sus entrañas, poseen un orden estructural con una fuerte raigalidad y con funciones notorias referidas a la genuina identidad correntina.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Origen y cronología histórica del acordeón

Prof. Enrique Piñeyro

Hemos hallado una gran variedad de marcas, en los acordeones diatónicos. Los más conocidos en 1900 eran "HOHNER", "SOPRANO", "MESCHIERI", entre otros. Algunos eran de origen alemán y francés, otros eran italianos y armados en Buenos Aires o en Santa Fe. Los datos que a continuación se citan provienen del libro "L' ACCORDEON", de Pierre Monichón, editado en París (Francia), que refiere la historia del instrumento y que se sintetiza de la siguiente manera:

CRONOLOGÍA HISTÓRICA DEL ACORDEÓN

1829: El 6 de mayo, en Viena (Austria), Cyrill Demian (1772-1849) registra su invento, el ACORDEÓN, con patente personal.

Acordeón de ocho teclas (aproximadamente año 1830)
(Fotografía extraída del sitio Squeezebox Stories)

1831: Aparece el primer método de aprendizaje del acordeón. También se inician en París las primeras modificaciones del instrumento y su venta comercial.

1833: Sir Charles Wheatstone transforma su "Symphonium" en "CONCERTINA". Este es un tipo de instrumento parecido al acordeón pero de dimensiones más pequeñas y limitado número de botones que producen sonidos.

"Symphonium" de Sir Charles Wheatstone
(Fotografía extraída del sitio National Music Museum, The University of South Dakota)


Concertina
(Fotografía extraída del sitio Wikipedia)

1834: Expira la patente de Demian y se inician sucesivas modificaciones del acordeón, inventado por él. Se citan a continuación las modificaciones y perfeccionamientos que sucesivos fabricantes logran y patentan.

1834: Se patenta el modelo de Franz Bichler y Heinrich Klein (Viena).

1836: Modelo Drollinguer y Herrmann (Suiza).

1836: Modelo Schneider (Alemania).

1837: Diversos modelos franceses, que llevan la patente de: Alexandre, Bornet, Chameroy, Debressy, Duvernoy, Kaneggissert, Marix, Meyer, Reisner, Viallet, Würtel.

1842: En Viena se registran varias patentes sobre modificaciones del acordeón de Demian: modelos Bichler, Klein, Schulz, Simón, Rochman, Köerber, Remenka.

1846: Alexandre (Francia) crea el primer acordeón con registro. Se editan nuevos métodos de aprendizaje del acordeón.

1847: Rebecchini y Ancone agregan piezas al acordeón y modifican los teclados.

1850: Modelo Walter (Viena), adapta el ancho de la caja sonora del acordeón, y le otorga más aire, permitiendo mayor cantidad de teclas.

1860: Ya existen treinta patentes sobre el acordeón; treinta y cinco métodos de aprendizaje y diecinueve fabricantes (esto sólo en París, Francia).

1860: En Alemania, se fabrican 214.500 acordeones.

1863: Se funda la fábrica “P. Sopranni”, en Italia, dedicada al acordeón.

1865: Cesare Pancotti funda la segunda fábrica de acordeones en Italia.

1893: Francia solamente, exporta 6.744 acordeones, por un valor de 1.686.000 francos.

1900: M. Höhner emprende la fabricación del acordeón diatónico, que se popularizará rápidamente, por su bajo costo y excelente sonido.

1910: El establecimiento “M. Höhner” inicia la fabricación de los primeros acordeones cromáticos. Esto revolucionará el sistema del instrumento y permitirá mayores posibilidades de ejecución y tonalidades.

1912: Stradella construye un acordeón con 120 bajos.

1912: Francia importa 38.417 acordeones; Alemania 35.200; Italia 2.270.

1924: En Europa, se produce la explosión y masificación de la fabricación de instrumentos, entre los que sobresale el ACORDEON. En Italia hay 93 fábricas; en Alemania, 35; en Checoslovaquia, 32; en Suiza, 22; en Francia, 24; en España, 11; en Austria, 10; en Bélgica, 7; en Rumania, 4; y en Yugoslavia, 3.

1940: Hasta este año se registran, en Francia, 116 métodos editados para el aprendizaje del acordeón.

* * * *

Existen varios tipos de teclados y sistemas de ordenamiento de las notas en los acordeones. Partiendo del primero, original de Demián, de una hilera de teclas -modelo 1829-; luego del modelo de dos hileras o diatónico -modelos 1835/45-, que es el que tiene más modificaciones y múltiples ediciones, hasta el de tres hileras o“acordeón cromático” -modelo de 1910-, se producen sucesivas ampliaciones y perfeccionamientos con respecto a la ubicación de las notas musicales en el teclado.

Aparecen, así, varias versiones que tratan de imponer “su modelo” y pujan para ello las versiones francesa, la belga, la alemana y la italiana. Todas presentan diversos ordenamientos de las notas musicales en el teclado del acordeón. Pero esto se soluciona con el pasar del tiempo, pues los fabricantes tratan de hallar un“modelo standard”, que permita un rápido aprendizaje por parte de los ejecutantes.

En la Argentina, los acordeones provienen de ITALIA, ALEMANIA y FRANCIA.

Los modelos italianos, que copiaron al modelo francés, son los que, en primer término, arriban a una “standarización” del teclado (1863/65); posteriormente, los modelos alemanes llegan a un mismo acuerdo, y copian los sistemas italianos, en auge ya en el mercado de ventas.

Indudablemente la tecnología alemana, de superior calidad, gana el mercado mundial a partir del año 1903, y por la excelencia del sonido y material o materia prima empleada, son los más aceptados por los ejecutantes.

Nota: Las ilustraciones no corresponden al libro del profesor Piñeyro. Fueron escaneadas u obtenidas en la web por el autor del blog.

Fuente:
Piñeyro, E.A. 2005. Origen y cronología histórica del acordeón. En: El chamamé, música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución). Primera parte, Cap. III: Los antecedentes instrumentales y los músicos chamameceros. Moglia Ediciones, Corrientes. p. 141-144.

lunes, 18 de julio de 2016

El acordeón: un instrumento naturalizado correntino

EL ACORDEÓN: UN INSTRUMENTO NATURALIZADO CORRENTINO

Prof. Enrique Piñeyro



Foto de tapa del libro "El Chamamé: música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución)" del profesor Enrique Piñeyro: don Pablo Valenzuela, acordeonista de Caá Catí (departamento General Paz, Corrientes).

Entre los años 1900 y 1903, aparecen publicaciones como "Caras y Caretas" que anuncian la venta de algunos instrumentos musicales que se habían puesto de moda en el uso popular en Argentina. Esto se refiere, específicamente, a las publicadas en la revista "CARAS Y CARETAS" y otras de la misma época, cuyos textos se citan para una mejor ilustración de lo que se consigna. Los instrumentos que en un primer momento acaparan la atención son la MANDOLINA, la CÍTARA, la OCARINA y lógicamente, la GUITARRA y el VIOLÍN que poseen una antigüedad mayor.

Aviso publicitario sobre ventas de instrumentos de cuerdas en la revista "Caras y Caretas", 27 de septiembre de 1902, N° 208.

Con respecto a estos dos últimos instrumentos haremos una referencia por separado. Cabe mencionar aquí que el MANDOLINO o la "MANDOLINA", como se la llamaba en la zona rural de Corrientes, compite el gusto popular con el LAÚD, la BANDURRIA y la BANDOLA.

Sin embargo, por razones que se desconocen, se impone la primera y aún en la segunda parte del siglo XX se encuentran vestigios de este instrumento en manos de hombres y mujeres que ejecutan viejas melodías (valses, schottis, polcas, pericón, chamamé, entre otras) como solistas o acompañando a las guitarras y al acordeón, o con violín, flauta y guitarras. También los primeros anuncios de las revistas de principios del siglo XX señalan su popularidad.

Con respecto al VIOLÍN, es junto con la VIHUELA -precursora de la GUITARRA- uno de los instrumentos que llega a América con las primeras corrientes colonizadoras al mismo tiempo que el ARPA y la GUITARRA. Su difusión en el territorio argentino se debió indudablemente a la acción de los Padres Jesuitas quienes lo emplearon profusamente en la tarea evangelizadora en el Litoral fluvial a partir del año 1609. Luego de la expulsión de los Jesuitas ocurrida en 1767-1768, el instrumento que incluso fue fabricado en los talleres artesanales de Yapeyú (Corrientes) perdura en manos de "criollos", folklorizándose en las zonas de influencia de las antiguas reducciones. Pero su difusión va más allá de la provincia y se adapta a los ritmos y tonadas de cada zona.

En el desarrollo del período colonial, el VIOLÍN era un integrante obligado de los conjuntos que interpretaban música sacra y posteriormente, en la denominada música festiva o popular. Por ello, al folklorizarse, adoptó las especies vigentes de cada región. Puede afirmarse que todas las canciones y danzas de muchas épocas han sido ejecutadas alguna vez con la intervención del violín. Su dispersión y vigencia llega hasta la adopción por parte de algunos aborígenes, como los TOBAS (provincias del Chaco y Formosa), que han efectuado una construcción rudimentaria de este instrumento llamado "noviké" y que posee una sola cuerda. Sin embargo, las construcciones "criollas" de la zona rural de Corrientes mantienen las características del violín europeo, con acabada artesanía. Esta construcción posee una técnica artesanal que se puede asegurar, proviene -a través de muchos años-, de aquellos antiguos talleres jesuíticos que se han tamizado con el correr del tiempo en una factura simple, pero que respeta las piezas que la componen (tapa - fondo - faja - mango - clavijero - y puente; almacadena, diapasón, cordal y clavijas, entre otros). El "violinisto" o "violinero" correntino sostiene su instrumento en posición más baja y relajada que los violinistas de conservatorio y su característica es que apoyan el instrumento en el pecho, sin sostenerlo en el mentón. Hay que aclarar que esta posición era común en Europa hasta el siglo XVIII y esta vigencia es una supervivencia de aquella usanza transmitida ocasionalmente en la época colonial. Se han hallado en estudios de campo, a auténticos violinistas chamameceros que poseen toda esa riqueza armónica del instrumento y elaboran un sistema tímbrico con un sonido característico y un vibrato especial que otorga el complemento que logran con abundantes notas dobles y aseguran el desarrollo de la melodía que la asume en forma de solista. También se han registrado a violinistas ejecutando con guitarras, y la presencia de un acordeón. En tal situación asume con claridad la complementación instrumental que corresponde, acompañando al sonido del acordeón y realizando dúos armónicos y contrastes en el estribillo. Esto demuestra la versatilidad del ejecutante y el aprovechamiento que estructura el "violinisto" para integrarse en el conjunto musical.

Volviendo a las publicaciones de la revista "Caras y Caretas", se encuentra que en números correspondientes a los años 1906, 1910, hasta 1930, se publica sucesivamente la promoción del ACORDEÓN de dos (2) hileras en sus diversas marcas y luego, entre 1932 al '37, aparecen las publicidades de venta del BANDONEÓN y del ACORDEÓN A PIANO, conjuntamente con violines, arpas, etcétera. También se hace referencia a la enseñanza de estos instrumentos por correspondencia, que ha tenido en su momento el merecido favor del público pues se trataba de promover su venta masiva en toda la República. Esto sin lugar a dudas, establece paralelamente una mayor difusión de los instrumentos en el interior del país y de su venta directa en todos los niveles sociales. Los anuncios citados son testimonio y evidencia de ello. Algunos se vendían con estuche y método o manual de aprendizaje gratuito.

Aviso publicitario sobre la venta de un "acordeón automático" (la ilustración muestra un bandoneón). Revista "Caras y Caretas", 29 de enero de 1910, N° 591.

La aparición sucesiva de "la mandolina", la guitarra, el violín y el acordeón diatónico, en la promoción publicitaria entre los años 1903 y 1938, que se ha hallado en antiguas revistas, permite deducir que su aceptación y empleo se populariza en la provincia gracias a las posibilidades de fácil acceso de los instrumentos musicales, a su rápida difusión, que conlleva el conocimiento y uso en forma individual y que permite su traslado, por ser un instrumento portátil.

PRECIOS: Otro aspecto que debe ser considerado, como motivo que favoreció la difusión del ACORDEÓN DIATÓNICO, fue su bajo precio de venta al público pues de acuerdo con la publicidad encontrada de los años 1903 a 1938, era realmente muy accesible. Costaba un acordeón diatónico VEINTE PESOS ($ 20), al igual que una GUITARRA, mientras que un BANDONEÓN oscilaba entre CIEN a CIENTO CINCUENTA PESOS, es decir, que costaba cinco veces más. En 1932 un acordeón de 21 teclas y 8 bajos cuesta $ 40; un violín, $ 24; un bandoneón, $ 160. Esto induce a pensar que siempre ha existido una buena diferencia en los costos del ACORDEÓN y el BANDONEÓN y que pudo ser un factor decisivo en la adopción del primer instrumento en la campaña correntina, además de su aparición, que data del año 1840 en adelante, mucho antes que la difusión del bandoneón en la región.


Aviso publicitario de "Casa Soprano" sobre la venta de acordeones diatónicos de 2 hileras y 8 bajos. Revista "Caras y Caretas", 3 de mayo de 1930, N° 1648.



Aviso publicitario de la "Antigua Casa Núñez" sobre venta de bandoneones. Revista "Caras y Caretas", 3 de mayo de 1930, N° 1648.

Aviso publicitario de "Casa Soprano" sobre venta de acordeones a piano. Revista "Caras y Caretas", 16 de enero de 1937, N° 1998.

Aviso publicitario del "Instituto Musical Hidalgo" sobre enseñanza por correo de bandoneón y acordeón. Revista "Caras y Caretas", 16 de enero de 1937, N° 1998.


Nota: Las ilustraciones no corresponden al libro del profesor Piñeyro. Fueron escaneadas u obtenidas en la web (Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España) por el autor del blog.


Fuente:
Piñeyro, E.A. 2005. El acordeón: un instrumento naturalizado correntino. En: El chamamé, música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución). Primera parte, Cap. III: Los antecedentes instrumentales y los músicos chamameceros. Moglia Ediciones, Corrientes. p. 138-141.

Los guitarristas chamameceros

Prof. Enrique Piñeyro


Dar nombres en este tema es realmente un compromiso muy difícil de asumir. Sin embargo se pueden citar algunas guitarras chamameceras que han hecho "escuelas" estilísticas dentro del ámbito chamamecero. No tiene la siguiente nómina un sentido cronológico, ni de primacía (las listas están en orden alfabético) pues todos, de alguna manera u otra, han realizado su aporte para el desarrollo y evolución de la música tradicional de Corrientes.

De la primera época se puede mencionar a:


El "Trío Cocomarola" (año 1950): Emilio Chamorro, Tránsito Cocomarola y Samuel Claus

"La guitarra mayor del chamamé": Nicolás Antonio Niz

Posteriormente, aparecen otros nombres como: 

MACIEL, Carlos

y tantos otros.

Conjunto "Mi provincia": "Toi" Lezcano, Juan Manuel Velozo, Celestino López, Ramón "Pocholo" Airé y Mateo Villalba.

Juan Domingo Saccú, Salvador Sena y Roberto Galarza

Estas guitarras, que obedecen a las líneas de modalidades rítmicas y creativas dentro de la música correntina, no son excluyentes pues existen muchos estilos de ejecución que por ser diversos responden a varias líneas al mismo tiempo y se hace imposible nominar a todos los guitarristas que, de una u otra forma, acompañan a instrumentistas chamameceros.

Cada modalidad acordeonística y bandeonística posee una fórmula de acompañamiento, privativo de cada músico ejecutante. Gracias a ello se puede hablar de la permanente vitalidad creativa de la música chamamecera.

También cabe señalar que la guitarra actúa tempranamente, junto a otros instrumentos, como arpa, violín, mandolina, clarinete y posteriormente, el acordeón y el bandoneón, con quienes paulatinamente van originando una manera peculiar de utilizar el instrumento que, de simple acompañamiento rítmico, va ganando un lugar primordial dentro del conjunto musical, hasta ocupar el sitio de importancia que hoy posee gracias al talento y virtuosismo de los guitarristas chamameceros.

Algunos nombres:* 

COLMAN, "Nene"
ESCOBAR, Enrique
GÓMEZ, "Totón"
LEGUIZA, Antonio
LEGUIZAMÓN, Juan
ZARZA, Fredes
MANCUELLO, J. J. 
MANZUR, Pedro 
NÚÑEZ, Héctor "Cacho"
OLMEDO, Francisco 
SOTO, Ramón 
VELAZQUEZ, Andrés 
BILLORDO, Adolfo

Etcétera.

Ramón Sixto Ríos

* La lista de guitarristas chamameceros es muy extensa (1978 nombres fichados) e incluirlos a todos es una imposibilidad que escapa a este ensayo. Mencionamos sólo algunos creadores, estilistas, que con auténtica maestría han dejado modalidades que los identifican. Pedimos perdón por las omisiones y ausencias en las citas que consignamos.


Fuente:
Piñeyro, E.A. 2005. Los guitarristas chamameceros. En: El chamamé, música tradicional de Corrientes (génesis, desarrollo y evolución). Primera parte, Cap. III: Los antecedentes instrumentales y los músicos chamameceros. Moglia Ediciones, Corrientes. p. 136-137.