domingo, 15 de abril de 2012

Historiando cantares - Conscripto Bernardi

Hola a todos.
Al norte de la provincia de Entre Ríos, en el departamento Federal, existe un pueblo llamado "Conscripto Bernardi" en homenaje a un marino argentino que ofrendó su vida frente a las costas de Brasil salvando de una muerte segura a muchas personas que viajaban en el buque italiano "Principessa Mafalda" aquel fatídico 25 de octubre de 1927. En su homenaje y por su heroica actitud, en nuestro país y cada 25 de octubre se conmemora el "Día del Conscripto Naval". También, y como no podía haber sido de otra manera, ha sido homenajeado por músicos y poetas.
Aquí la historia de este héroe.
Hasta la próxima.
Pablo



Conscripto Anacleto Bernardi
(Fotografía extraída del "Diario Uno")


La localidad de Conscripto Bernardi está ubicada entre los distritos Banderas y Sauce de Luna del departamento Federal, al norte de la provincia de Entre Ríos. Se encuentra a 5 km de la Ruta Nacional Nº 127 y a 155 km en línea recta de Paraná, la capital provincial.

El pueblo fue originariamente la cabecera de la Colonia La Castellana, creada por decreto el 11 de noviembre de 1914. Su nombre original fue desplazado por el de la estación ferroviaria: "Estación Conscripto Bernardi", denominada previamente "Km 101". El 31 de junio de 1969 se creó la junta de gobierno, adoptando el nombre actual: Conscripto Bernardi.

El 19 de febrero de 1971, la localidad de Conscripto Bernardi fue transferida del Distrito Sauce de Luna del Departamento Villaguay al Distrito Banderas del Departamento La Paz, unificando el pueblo, que se hallaba en el primer departamento, con la estación ferroviaria, que se hallaba en el segundo. El 15 de septiembre de 1972 fue creado el departamento Federal, quedando Conscripto Bernardi incorporada a él.

El nombre "Conscripto Bernardi" fue un homenaje al conscripto Anacleto Bernardi de la Armada Argentina, nacido en San Gustavo (departamento La Paz, Entre Ríos) y que murió heroicamente el 25 de octubre de 1927 en el naufragio del buque "Principessa Mafalda" en las costas del Brasil.

El "Principessa Mafalda" fue la gran nave de su época, capaz de unir Italia con Argentina en tan sólo 14 días. Construído en 1908 y botado en Nápoles en abril de 1909, el 25 de octubre de 1927 cumplía su nonagésima travesía. Un año antes, Carlos Gardel había sido uno de sus ilustres pasajeros en un viaje a España. El nombre se debía a la princesa Mafalda Maria Elisabetta Anna Romana di Savoia (1902-1944), hija del rey Víctor Manuel III y de la reina Elena. Llevaba 19 años uniendo las costas ligures con las platenses y para la época era un impresionante y majestuoso buque de 9.210 toneladas, que medía 485 pies de eslora y 55 de manga, destinado a cubrir la travesía Génova - Barcelona - Río de Janeiro (Santos) - Montevideo - Buenos Aires. 

El vapor "Principessa Mafalda"

Anacleto Bernardi nació el 13 de julio de 1906, hijo de un inmigrante oriundo de la región del Piamonte, Turín (Atilio Bernardi) y de una criolla (Sofía Giménez). Criado en las costas del río, fue un nadador de condiciones excepcionales. Le tocó cumplir con el servicio militar en la Marina, incorporándose a la Base Naval "Puerto Belgrano" (partido de Coronel Rosales, sur de la provincia de Buenos Aires) el 8 de enero de 1927. Por su buen comportamiento recibió el premio a ser destinado a integrar la dotación de la Fragata "Sarmiento" que anualmente realizaba el viaje alrededor del mundo con los cadetes que egresaban como oficiales de la Escuela Naval.

El 25º viaje de la Fragata "Sarmiento" se inició el 29 de mayo de 1927. Después de navegar por la costa africana, el navío continuó su derrotero por el mar Mediterráneo. Allí recibió la orden de participar de los actos que se realizaban en Génova con motivo de la inauguración de un monumento al general Manuel Belgrano. El 5 de octubre, la fragata arribaba a Génova y se unió a las celebraciones por aquel acontecimiento, tan relevante que contó con la presencia del rey italiano, Víctor Manuel III y del constructor de la base "Puerto Belgrano", ingeniero Luis Luiggi. En este contexto fue donde el comandante del buque escuela, capitán de fragata Honorio Acevedo, decidió enviar a Buenos Aires al conscripto Anacleto Bernardi y al cabo principal Juan Santoro, ante el agravamiento de la pulmonía que habían contraído durante el viaje y la inutilidad de los cuidados brindados en el buque. En el puerto genovés se realizaron los trámites necesarios para que Bernardi y Santoro embarcaran en el trasatlántico "Principessa Mafalda", el cual zarpaba en breve con destino a la capital argentina. El personal de la Fragata "Sarmiento" y los pasajeros del buque desconocían que este navío se encontraba con problemas de estructura, lo cual había motivado reparaciones de último momento y la demora de casi seis horas para abandonar la dársena italiana. Sin embargo, los arreglos realizados al "Principessa Mafalda" no fueron suficientes. 

El "Principessa Mafalda" estaba por zarpar pese a que su comandante, un rudo y conocer hombre de mar, llamado Simón Guli, no estaba de acuerdo con partir aquel 11 de octubre de 1927 desde Génova. Las máquinas no respondían. Parecía una temeridad trasladar a más de 1.200 personas entre pasajeros y tripulantes. En su mayoría eran emigrantes oriundos de la provincia de Macerata y poco más de 20 pasajeros viajaban a Río de Janeiro, otro centenar iba hacia Santos y la gran mayoría a Buenos Aires. Finalmente zarpó en la noche del 11 de octubre de 1927. El entusiasmado pasaje ignoraba las vicisitudes que hubieron antes de la partida, porque sus máquinas estaban en malas condiciones, hecho que suscitaría luego un gran escándalo y señalaría a no pocos culpables. Hizo escala en Barcelona (España), en Dakar (Senegal) y en las Islas Canarias.

Cerca de la costa del estado brasileño de Bahía se hizo evidente que el buque no llegaría a destino. El primer síntoma de la catástrofe llegó el día del naufragio (el barco debía encontrarse en Buenos Aires ese mismo 25 de octubre), unos minutos antes de las 17:00. Unos fuertes ruidos atronaron la nave, seguidos de algo similar a una explosión. Desde la cubierta llegó el grito del oficial dando la noticia peligro de naufragio.

Notificados de esa situación, Bernardi y Santoro se presentaron ante el capitán Simón Guli y ofrecieron su colaboración, aún en el estado de convalecencia por la enfermedad que los aquejaba. Mientras se preparaban los primeros botes, ambos procuraron tranquilizar al pasaje, recorriendo el interior de la nave, embarcando gente, arriando botes y negándose a ocupar lugar en ellos por su condición de marinos. 

El conscripto Bernardi se portó heroicamente salvando muchas vidas, aún estando convaleciente. En su último minuto en el barco, cuando la alternativa era arrojarse al mar o hundirse con aquella mole herida de muerte, vio como un anciano vacilaba sobre la cubierta y le entregó su propio cinturón de corcho. Después, Bernardi sufrió un espantoso fin. El diario del argentino Juan Santoro lo relata: "Nadábamos afanosamente. Bernardi iba a mi derecha, un poco retrasado. Llevaríamos ya unos 100 metros de travesía cuando los gritos escalofriantes, los gritos de un ser que se siente mordido y arrastrado hacia el fondo, dominaron un momento el rumor de las olas, las que se repitieron varias veces, cada vezm más extraños y cada vez más patéticos. ¡Tiburones! ¡Son tiburones!. No tuve tiempo de recapacitar. Sentí algo que me arrastraba también a mí hacia el fondo del abismo. Empecé a tragar agua y creo que perdí la noción de las cosas. Tuve la sensación de apretar una masa viscosa que se escapaba de mis brazos, cada vez más inertes. Después, aquello que me llevaba hasta el fondo, desapareció. Mis brazos volvieron a ser livianos. Ascendí cuatro, cinco metros. En la superficie aspiré una bocanada de aire que me dolió en los pulmones. Grité: ¡Bernardi! ¡Bernardi!. Nadie me respondió. Estaba solo entre tinieblas...Bernardi había sido devorado por un tiburón".

Tanto el conscripto Bernardi como el cabo Santoro lograron salvar familias enteras nadando hasta la costa y regresando a buscar más personas.

El buque tardó menos de 3 minutos en hundirse. Bernardi, Santoro y otras nueve personas quedan agarrados a una escala de desembarco, durante media hora. Abajo, esperaban los tiburones. Estaban a 300 metros del barco "Mosela" e intentaban llegar a nado, única y última perspectiva. Sólo llegan Santoro, extraordinario nadador y de una resistencia física increíble, y el conde italiano Vicario Giúdici. Los restantes, incluido el héroe de 20 años, el conscripto que quería la vida y renunció a vivir por cumplir con su deber, eran abatidos por los tiburones, en una muerte horrible.

El mundo entero en su momento, se ocupó de la hazaña del bravo y abnegado patriota. Hasta sus padres, llegaron testimonios de agradecimientos desde diversos puntos. Ya en su adolescencia, Bernardi había dado muestras de su temprana vocación de servicio en favor de sus semejantes cuando salvó de que un amigo pereciera en las aguas de un arroyo, en su pago, y cuando se arrojó en medio de un rancho en llamas, en San Gustavo, solamente envuelta la cabeza con un poncho, para rescatar del fuego a un bebé que, sin su intervención, hubiera muerto quemado, en medio de la aflicción de su madre. 

Aunque nunca se conocieron las cifras exactas, se calcula que en el naufragio perecieron 386 personas (107 tripulantes y 338 pasajeros), de un total de 1.255 que iban a bordo (287 tripulantes y 968 pasajeros). La mayoría de las muertes pudo ser ocasionada porque las personas se rehusaron a dejar el barco italiano, aún sabiendo del peligro que corrían. El temor a arrojarse al mar, por el motivo que fuere, determinó el destino trágico de muchos.

Cada 25 de octubre se conmemora en nuestro país el "Día del Conscripto Naval" como fecha recordatoria del fallecimiento del conscripto argentino -clase 1906- Anacleto Bernardi, quien posibilitó con su actitud heroica salvar numerosas vidas, a costa de la suya.

El domingo 23 de octubre de 1977, dos días antes del cumplirse 50 años de aquella tragedia, falleció en Buenos Aires uno de los sobrevivientes del hundimiento del "Principessa Mafalda". Se trataba del Suboficial Principal de la Armada Argentina Juan Santoro. Una semana después del hundimiento, un enviado del diario argentino 'La Nación’ lo había entrevistado en Montevideo: "Un día antes –dijo el cabo Santoro- se dijo a proa y a popa que el buque hacía agua. Pocos momentos después se hizo un simulacro de salvamento. Y llegó el naufragio. Cuatro golpes formidables, un mazazo gigantesco en que parecía que habían tomado parte todos los elementos. Se quebró el árbol de una de las hélices y ésta se vino hacia atrás, en tanto que el trípode giraba hacia la derecha, abriendo un rumbo en la popa". Más adelante, contó Santoro: "Mi primer pensamiento en ese momento fue salvarme. Pero me acordé que era marino argentino y me presenté al comandante poniéndome a sus órdenes. Me puse a salvar a las mujeres y a los niños. A la hora y media se hundió el buque. Alternativamente, nadaba y me aferré a la borda de una lancha, hasta llegar al 'Mosela’". Y termina el conmovedor reportaje: "Pedí una lancha para ir en busca de Bernardi, a quien había visto hacer prodigios de valor a bordo y luego en el agua. Se accedió a mi pedido y lo busqué, pero inútilmente". ("La Nación", 'Adiós a un héroe del Principessa Mafalda’, página 10, lunes 24 de octubre de 1977). 

El rasguido doble instrumental "Conscripto Bernardi", de Julio Luján y Lorenzo Vega, fue grabado por el mismo Julio Luján y la embajada "Cartelera Correntina" (dirigida por Polito Castillo) y con la participación de Lorenzo Vega en acordeón (disco "La Fonola Chamamecera" - Vol. 7). Muchos años después, el mismo tema fue grabado por el santafesino (radicado en Paraná, Entre Ríos) Luis Bertolloti y su conjunto pero con letra de Santillán y cantado por Angel Moreno (disco "Artesanando"). Precisamente, la letra relata los minutos finales de Anacleto Bernardi, aquel marino lapaceño que ofrendó su vida en aguas extranjeras. 
                  
CONSCRIPTO BERNARDI
(rasguido doble)

Música: Julio Luján y Lorenzo Vega
Letra: Santillán

Recitado

Conscripto Bernardi,
tu joven vida inmolaste
para salvar a otros seres.
Mas allá de tus deberes
fue tu temple y tu coraje.
Pues luchaste entre el oleaje,
fuertes vientos y tiburones,
y tu cuerpo hecho jirones
quedó en el inmenso mar.
Aquella hazaña sin par,
que es ejemplo de varones.

Cantado

Allá en La Paz,
en la provincia de Entre Ríos,
en que naciera aquel soldado sin igual
creció juntito a sus arroyos
en tierra y cielo litoral.

Fue tu destino la costa, el río,
tu río, tu viejo amigo
camino al mar bravío...
Ay! valiente y humilde
fuiste Bernardi,
muchacho llegó el naufragio
y esta historia de heroísmo
con tu sangre se escribió.

Recitado

En la vieja fragata "Sarmiento"
saliste enfermo a otro país
y en un barco de regreso a tu patria
aún convaleciente supiste cumplir con tu deber.

Débil tu cuerpo pero fuerte el alma,
ante el peligro enfrentaste al mar.
Salvando tantas vidas,
diste tu vida sin vacilar.

Fue tu destino la costa, el río,
tu río, tu viejo amigo
camino al mar bravío...
Ay! valiente y humilde
fuiste Bernardi,
muchacho llegó el naufragio
y esta historia de heroísmo
con tu sangre se escribió...



Fuentes consultadas:

Blanco, C.G. 2005. El naufragio del Principessa Mafalda y el rescate del Alhena. URL: http://www.nuevamayoria.com/ES/INVESTIGACIONES/defensa/051026.html. Revisión: 14 de abril de 2012.
Gaceta Marinera Digital 2010. Conscripto Bernardi: el cumplimiento del deber. URL: http://www.gacetamarinera.com.ar/nota.asp?idNota=2362&idSec=14. Revisión: 14 de abril de 2012.

3 comentarios:

  1. Estimado Pablo, muchas gracias por este nuevo "Historiando Cantares". No sabía de la historia del origen del nombre Conscripto Bernardi. Muy interesante la historia de este valiente entrerriano.
    Un gran abrazo!
    Rubén

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  2. Muy emocionante y atrapante la historia del Conscripto Bernardi del cual algo sabía de su historia y de su ejemplo valeroso y solidario, pero no lo sabía con tanto detalle como lo mencionas Pablo.
    Te comento que en la localidad de Adrogué, en el Gran Buenos Aires, a unos 12 km. aprox. de Capital Federal, hay una calle (importante en cuanto a su extensión y ubicación) que también lo homenajea ya que se llama Conscripto Bernardi.
    Como siempre Pablo, mis más sinceras felicitaciones por el gran trabajo que hacés con este tu blog que es famoso y conocido en todo el mundo.

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  3. Cuánta historia que no conocemos...
    Ojalá mis gurises aprendan esto en las escuelas, y luego nos lo enseñen a una (o varias) generación que ignoramos TANTO.....
    Gracias por mantener viva "la otra historia", la de los ilustres desconocidos que ofrendaron hasta su vida por una causa...

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