El amigo Julián Páez, periodista de la sección "Espectáculos" de "El Diario" de Paraná, Entre Ríos, nos acerca su trabajo de cobertura que realizó en la edición 2010 del Festival de Chamamé de Federal.
Y agregamos un video obtenido por el amigo Mirko de una actuación de "Cachito" González y "Los Nuevos Reyes".
Muchas gracias Julián.
Pablo
PRIMERA NOCHE
ARTISTAS. La historia de nuevos y viejos valores en la huella del chamamé.
Frente a quienes anduvieron por tantos años por caminos del Litoral, se alzan los referentes del futuro: siguiendo el legado ancestral de aquellos maestros, surgen retoños que trazan su propio cancionero y se forman musicalmente para conseguir la superación. En su labor de cobertura, EL DIARIO dialogó con el reconocido músico Coco Díaz y dos artistas pertenecientes a la nueva generación del chamamé.
Julián Páez
gorijip@hotmail.com
Enviado especial a Federal
Enzo “Cachencho” Galván
A pesar de que las condiciones climáticas frustraron la primera noche del Festival del Chamamé, esta Hoja pudo rescatar en una amplia cobertura la palabra de algunos artistas que suben al escenario Ernesto Montiel en el marco de la gran festividad federalense.
Junto a los referentes las nuevas generaciones, aparecen aquellos artistas clásicos que durante años se formaron en los acordes musicales del chamamé, construyeron una imagen y forjaron una leyenda.
El caso de Enzo “Cachencho” Galván es simbólico: con tan sólo 11 años se consagró como revelación del certamen Nuevos Valores 2009. Pero su historia al lado del acordeón es también un traspaso de posta. Su abuelo, Tito Galván, era ejecutor de guitarra y guitarrón, y también pisó el escenario Ernesto Montiel en las primeras ediciones del Festival del Chamamé, que se realiza desde 1976.
De ahí el nombre que Enzo decidió darle a su grupo: "Herencia de un Guitarrero". Tito Galván permaneció al lado de grandes referentes como Héctor Ballario (con el que llegó a Federal) y Avelino Flores (integrante de aquel “Trébol de Ases” y padre del renovador dúo Rudi y Niní)
Como revelación del Pre Federal 2009, el joven de 12 años fue el encargado de abrir el festival en esta oportunidad. Lo hizo con temas clásicos del repertorio chamamecero, incluido en su nuevo material de grabación, que todavía no se dio a conocer.
—¿Cómo fue tu actividad artística este año?
—Estuve en un festival que se hace en Daireaux (Festival de
—¿Qué noticias hay sobre tu nuevo material discográfico?
—Lo estoy preparando. Me falta grabar el último tema. Lo que la compañía me pide es tener primero uno o dos meses para dar difusión al disco. Luego me entregan los CD para la venta.
—¿Recordás en un día como hoy el legado de tu abuelo?
—Lo recuerdo mucho, porque él ha pisado este escenario (Ernesto Montiel) junto con chamameceros muy importantes. Y siempre tengo presente el regalo más preciado que me hizo: vendió su anillo de oro para comprarme esta acordeón de dos hileras con la que salgo al escenario.
Coco Díaz: trayectoria y herencia
Coco Díaz y Julián
A la par de la difusión a los nuevos valores, EL DIARIO dialogó con el músico santafesino Coco Díaz, encargado de llevar el humor a los escenarios a través del chamamé. Actualmente tiene 74 años y su trayectoria guarda casi cinco décadas de talento y pequeñas historias que hoy quiso recordar.
—¿Cómo nace esta idea de hacer humor a través de chamamé?
—Desde mi juventud yo tuve un referente: Mario Millán Medina. Para mí fue el Molina Campos del chamamé, con el toque de gracia que le da al paisano a través de una pintura musical excelente. En este caso, mi humor es un poco distinto, porque rescato lo que veo en la calle, en los tiempos que corren y en la historia de nuestro país. Pero siempre uno trata de pintar el imaginario a través de la música. Además uno siempre procura cuidar el vocabulario para no llegar con groserías al público y que lo que uno ofrece sea para toda la familia.
—Teniendo en cuenta que integraste la formación de Los Cantores de Salavina, ¿cuándo se da tu inicio como solista?
—En 1966. Cantaba en lo de Miguel Franco (periodista y conductor radial). Él era muy amigo de Víctor Abel Giménez, “El vasco”, que era la persona con la que yo trabajaba. Giménez le dijo un día a Franco: ‘ahí te mando un pollo mío’. Fui a lo de Franco, él me escucho cantando unas milongas y me dijo ‘si querés empezar solo, venime a ver’. Entonces dedicí ir a algunas audiciones. Además de canciones serias tenía unos chamamés de humor, como “La caté”, de Roberto Galarza. Entonces Miguel (Franco) me llevó a Odeón a grabar. Allí me dijeron que tenía que optar entre temas serios y humor. Yo quería las dos cosas, pero finalmente me decidí por lo segundo. El marido de Ramona Galarza era el director artístico de Odeón.
—¿Costó mucho imponer el humor?
—Yo cantaba con los ojos cerrados, porque me daba vergüenza. Hasta que un día Alberto Merlo (reconocido cantor surero) me dijo: ‘lo que hacés con el público es algo muy bueno. Cuando estés cantando, abrí los ojos y mirá cómo se ríe el público. Me di cuenta de que era cierto y me empecé a preguntar cómo era posible. Alguien debe haberte tocado con una barita y dicho: ‘tenés que hacer esto’.
—¿Cómo era tu vida de artista en Buenos Aires?
—Yo vivía en un hotelcito de calle Viamonte (Capital Federal) y, a la vuelta, por calle Córdoba, estaba la grabadora Odeón. Yo compartía mi techo con una barra impresionante de músicos, entre los que estaba “El Indio” Gasparino, quien luego en un futuro sería conocido como Facundo Cabral. Todos vivíamos ahí. El que conseguía alguna actuación en alguna peña compraba facturas y hacíamos unas grandes mateadas con todos los conjuntos en ese hotel.
—¿Y tu primer larga duración, cómo llegó?.
—Un día me llaman de Odeón y me dicen que necesitaban que prepare más temas musicales y que me consiga un acordeonista. En esa época, para grabar un Long Play, algunos tardaban dos años. Primero se grababan los simples y luego el disco grande. Se llamaba “Pará qué te viá’ contar”, y tenía incluido el chamamé con el mismo nombre. El éxito fue impresionante.
—¿Qué esperás en el futuro para el chamamé?
—Soy un agradecido al público. Necesito su caricia. Uno nunca se tiene que olvidar de ellos. Y tengo la esperanza de que los chicos que se acerquen al chamamé lo traten con mucho respeto, y que nunca dejen de andar la huella de los grandes referentes. Me encanta, al mismo tiempo, escuchar a los sonidos de Rudi y Niní Flores, porque son unos músicos impresionantes. Afortunadamente hoy tenemos muchos nuevos valores, buenos acordeonistas a los que no se le puede negar que tienen calidad y talento. Tiene que existir lo tradicional y también la innovación.
Por los caminos de Tarragó
Video cedido gentilmente por Mirko
Cachito González comenzó su trayectoria en abril del año pasado. Es un retoño de la escuela del maestro Andrés Cañete, el prestigioso acordeonista de Tarragó Ros que luego siguió su trayectoria junto a Los Reyes del Chamamé. Hoy, González vive en Rosario, Santa Fe. Comenzó a estudiar desde muy chico e incluso integró la formación de Andrés Cañete y su Conjunto, que subió varios años consecutivos el escenario Ernesto Montiel y fue distinguido con el Cachencho de Bronce.
—Hoy tenés la posibilidad de participar con tu nombre y tu grupo.
—La verdad, tengo una gran satisfacción. Hace muy poco estuvimos en
—¿Cómo te vinculaste a la escuela de Cañete?
—A los 11 años, cuando mis padres me enviaron a estudiar con él. Surgió una amistad, pudimos participar de su conjunto y tuvimos la posibilidad de grabar junto con mi hermana Itatí (González) el disco (el trabajo titulado “Volver sin partir”). Ahora tengo 31 años y estoy muy orgulloso de llevar este estilo tarragosero.
—De ahí el nombre de “Los Nuevos Reyes”. Incluso siguen el estilo en la forma de vestir.
—Exacto. El productor nuestro, Abraham Helú, nos sugirió que el conjunto sea Cachito González… y algo más. Entonces se me ocurrió que sería bueno seguir la huella de Tarragó Ros y Los Reyes (del Chamamé) y brindar al público aquellos sonidos que alguna vez tocaron los maestros. Incluso la forma de compaginar el disco ("Para seguir zapateando") la tomamos de los viejos Reyes: seis temas clásicos y seis nuevos. Es toda una responsabilidad y esperamos la aceptación del público.
Continuará...
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