Hola a todos.
Hacia finales de septiembre de 2007, cuando este blog aún estaba comenzando a nacer, había subido una entrada referida a mi abuelo materno. Pero la había borrado porque me pareció que por ahí no era el lugar adecuado ya que entra mucha gente que a lo mejor no les llama la atención o no les interesa, que dicho sea de paso están totalmente en libertad de hacerlo o no. Justamente, el otro día vi su foto entre mis carpetas de la PC, y hoy mismo recibo un comentario de un tío mío (hermano de mi mamá y que vive en Villa Constitución, Santa Fe) a quien, por la distancia geográfica, sólo nos podemos ver muy de vez en cuando. Se me ocurrió entonces, volver a subir aquella entrada que había quedado en "suspenso", y le agregué estas fotos.
Saludos a todo y disculpen que haga conocer lo que siento personalmente. También son "nostalgias de mi Litoral"...
Un abrazo desde Tucumán para vos y toda tu familia, tío Pedrito.
Pablo
Mis abuelos maternos: Cela y Tito. Comienzos de los '40.
Fotografía de un álbum familiar.
Mi "Nono" gringo
(publicado originalmente el 27 de septiembre de 2007)
Como la mayoría de aquellos inmigrantes que llegaron a esta tierra, sus padres y abuelos huían de la desvastada Europa buscando un futuro mejor. Sus ancestros hecharon raíces y pronto el hombre conoció el oficio del campo. Quién sabe en qué habrá trabajado en su juventud. Se me ocurre que fue alambrador, herrero, carneador….
Formó una gran familia con la abuela “Cela” (Celestina), la cual le dió cuatro varones y una hija. La abuela se fue cuando yo era muy chico todavía y no logro acordarme de su imagen. Mi padre me dice siempre que era un pan de Dios. Me imagino a la abuela en su juventud... A guzgar por los ojos azules de mi mamá, estoy segura que fue su belleza gringa que lo atrapó al nono.
Fuerte había sido la sangre italiana mezclada con alemana...Eso se vió reflejado en mí y en mis hermanos...y aún hasta en mis hijos y sobrinos...Fuerte como esa mirada que tenía pero que en el fondo yo estaba seguro que era un buen hombre. Pienso que la vida lo golpeó duro. La falta de una oportunidad para ir a la escuela pudo ser...ya que era mejor que los muchachos se quedaran en la casa, ayudándole a los padres en las tareas rurales.
Me pregunto ahora...¿qué es lo que lo habrá llevado a gustar tánto del chamamé?. Los discos de vinilo de Tarragó Ros…si lo habrá escuchado cientos de veces...vuelta y vuelta...¿De adónde habrá surgido ese fervor?
Hombre de campo acostumbrado a tener un fondito de terreno, con un galpón precario, chapas sueltas, maderas, cueros, rebenques, trenzados de hasta 8 tientos...Se vé que eso le gustaba. Si habrán degustado de sus asados con cuero aquellas familias que se juntaban en un casamiento, en los almuerzos de fin de año en el INTA o en aquellas fiestas patronales de nuestro pueblo Oro Verde. Se destacaba en la preparación de la carne y en el manejo de la parrilla y el fuego. Había que tener mano para éso.
Se me viene a la mente una paradoja del destino...el se ganaba la vida matando animales y años después, los avances tecnológicos y la industria frigorífica lo terminarían matando a él...Creo que eso fue...cosas del destino. Lo terminaron corriendo de ahí. Había que agrandar los corrales pues no había más espacio. Y se fue a vivir a menos de
Habrá sido mucho si lo iba a visitar una vez al mes. ¿Por qué?. Simplemente no sé...cosas de la adolescencia quizás. Aún hoy no le hallo explicación.
En sus últimos años, con lo que más lo recuerdo vestido es con esa bombacha color azul bien ancha y descalzo, sentado y tomando fresco en el verano. Atrás quedó aquel temple del bravo gaucho argentino.
Se fue yendo despacio. Los años no perdonan.
Cuando le quise hacer escuchar el acordeón, lo noté parco, distante...
No sé si se daba cuenta que lo que tocaba era un chamamé, aquel que tantas veces había escuchado en su vida...
Ahora me doy cuenta que lo extraño. Cómo quisiera decirle:
-Mirá Nono, lo que saqué con el acordeón...escuchá!!. ¿Te gusta?.
Me quedo tranquilo porque seguramente desde donde quiera que esté, continúa con aquella frase que decía cuando yo pasaba frente a su casa con la quien ahora es mi esposa:
-Guá..Palunchi.!! Esa era su expresión que la tengo grabada en mi mente y que la recuerdo cada vez que paso por ahí.
Al ejecutar el acordeón disfruto de la música en cada segundo. Sólo cierro los ojos, me compenetro y siento que la sangre del Nono me llega hasta la punta de los dedos para aflorar en forma de notas melodiosas desde el instrumento. Dejo escapar mi imaginación y siento que son las mismas notas que alguna vez y hace tiempo también corrieron por las venas del abuelo...
Un nieto suyo le salió payador (mi primo José Luis Gianotti, de Paraná) y le supo dedicar unos versos muy emotivos. Me alegro sobremanera por eso y lo felicito por el camino que eligió y por lo que hace.
Yo también intenté homenajearlo. Y creo que me salió bien...
Para vos Tito Gianotti, donde quieras que estés...
Tu nieto Pali...
Don Tito Gianotti.
Comienzos de la década del '70. Fotografía de un álbum familiar.
Buenisimo pablo, nos hiciste emocionar hasta las lagrimas, siempre llevamos en nuestros corazones el mas puro sentimiento de nuestros antepasados, hombres de temple de acero, oh... que grande serìa nuestra ARGENTINA si volvieran nuevamente nuestros abuelos gringos. Vaya mis sinceras felicitaciones por este recuerdo hacia nuestras racies.
ResponderBorrarMuy bien Pablo, nuestros padres y abuelos merecen ser recordados de esta manera, te felicito por animarte a hacerlo y bien hecho.
ResponderBorrarUn abrazo paisano!!
hola primo, soy Ivan el hijo de Pedro,la verdad que muy conmovedor el post, y muy buenas las fotos de nuestros abuelos, ya las baje a mi pc.
ResponderBorrarLa verdad debo decir que me impresiono tu post, muy prolijo y emotivo.
Un abrazo de todos nosotros y saludos a todos los Gianotti (y familiares tambien) que anden por argentina
Te invito si queres pasar por mi blog literario,
Hola Iván! Cómo andás? Hace años que no te veo en persona. Gracias por visitar mi blog! dales un gran abrazo a toda tu familia!!! Pablo
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