viernes, 20 de febrero de 2009

Bolicho virtual (II)

LA VEZ QUE DENTRÓ UNA GUAINA


Otro recuerdo del bolicho virtual de Don Pablo…

Basado en un momento fugaz aunque la historia sea mera fantasía.


Era febrero, me acuerdo,

y era la media mañana;

afuera el sol del verano

acomodaba sus brazas

pero adentro del bolicho

entre humo, naipes y grapa

un puñado de paisanos

a sus vicios se entregaban.


Nunca la vi cuando entró

tal vez yo estaba de espalda,

de pronto se hizo un silencio

callado que retumbaba

y fue dejando una estela

de lujuriosas miradas

de la puerta al mostrador

de las mesas a su falda.


Rubén con el Yacaré

de reojo se miraban

invitándose al detalle

de esa su blusa floreada

de aquel contorneado cuerpo

de ese cuerpo de guitarra

de esa piel de arena y río

de esa falda colorada.


El “Brujo” quedó pasmado

y yo no le digo nada

cuando giró hacia nosotros

y sin mirar a la cara

preguntó: “¡¿el acordeonista?!

sin observar que ya estaba

justo viniendo del fondo

como para saludarla…


“Soy yo”, dijo el aludido

que al tiempo el paso alargaba

como pa’ llegar primero

por cortesía paisana,

- Panozzo para servirle

mientras la mano estiraba

susurró el acordeonista

con vos medio entrecortada.


Afuera el clavel del aire

al colibrí lo llamaba

por la calle el viento norte

al trotecito pasaba…

bolicho adentro un murmullo

atento disimulaba

los aguijones de aquellos

diez ojos que la observaban.


Se fue como quien se queda

mirando por la ventana

perdiéndose su silueta

allá por la calle larga…

Quedaron los comentarios

y hasta alguna que otra chanza

apagándose de a poco

cuando se fue la mañana.


Me acuerdo que era febrero

la vez que dentró la guaina…


Gustavo Machado

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