Hijo natural de Antonio Francisco Amado Ros y Florinda Reina, el 19 de junio de 1923 nació en Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, Tarragó Ros, ese era su verdadero nombre y apellido; su único hermano: Antonio “Tunet” Ros (1918); sus abuelos paternos eran Francisco Ros Aguilera y Rosa Tarragó Miró y eran oriundos de Cataluña (España). Su infancia transcurrió en torno a la barraca de cueros que poseía su familia. Allí conoció a peones, mariscadores, gauchos y también músicos. Desde muy niño su inclinación por la música lo lleva a ejecutar una armónica y el piano, para luego de unos años adquirir un acordeón de dos hileras (verdulera). Lo propio hacia con la batería y el acordeón a piano. Sus primeras actuaciones, a los 17 años de edad, las realizó en “Radio Salto”, República Oriental del Uruguay, con un pequeño conjunto de música nativa. El 15 de julio del año 1943, apareció la primera edición del quincenario “Brisas Correntinas”, editada y dirigida por él mismo. Ese mismo año 1943, viaja por primera vez a Buenos Aires, cumpliendo el sueño de provinciano que cultiva el arte. Es contratado por don Pedro Mendoza (de Bella Vista, Corrientes) para varias actuaciones en los salones de baile de música correntina de los que era propietario. Actuó también con Mario Millán Medina, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel, Luis Acosta, entre otros. En 1944 regresa a Corrientes y al frente de su conjunto “Melodías Guaraníes”, cuya dirección compartió con el celebrado acordeonista Oreste Hernández, realizó numerosas actuaciones en el Litoral y Brasil, además de presentarse en “Radio Callao”, “
Ese mismo año 1947, decide independizarse profesionalmente y se radica definitivamente en la ciudad de Rosario y fue allí donde conforma su primer conjunto en el año 1949. Al principio forma tríos y luego cuartetos y sextetos. Pero la fama vendría luego de la grabación que realiza como trío en el año 1954 y que bate todos los records de venta en esa época; en esa oportunidad registró “El toro”, chamamé de Alberto Dionisio “Cambá” Castillo y “Don Gualberto”, chamamé que le pertenece y que fuera dedicado a su entrañable amigo y compadre, el acordeonista curuzucuateño Gualberto Panozzo. Desde ese momento, sus éxitos discográficos no cesan; por las ventas millonarias de sus placas en el mercado discográfico argentino, se hizo merecedor de tres discos de oro, uno de platino y el “Templo de Oro”, que otorga Odeón a los artistas más populares en venta. Acompañaron a Tarragó Ros en su primera época: Felipe Lugo Fernández, Carlos Olmedo, Atilio Taboada, Rómulo Velásquez, Antonio Nicolás Niz, Justo Pastor Borda, Gregorio de
Radicado en Rosario durante muchos años, Tarragó Ros realiza giras y actuaciones por todo el país, presentándose en emisoras de radios, canales de televisión y continúa grabando constantemente. Tarragó Ros tenía su propio salón de baile en Rosario, el “Humberto Primo” y también se dedicaba a la actividad gremial en la seccional de Rosario de la “Unión Argentina de Variedades”. El 772, al que dedicara un chamamé, era el Siam Di Tella que manejaba don Pepito y que en esos años conducía al conjunto en permanentes giras por los pueblos y ciudades del litoral. Compuso algo más de doscientos temas y aún en pleno éxito, “El Rey del Chamamé” o “El Gigante del Chamamé”, como se lo llamaba, aquejado de una dolencia, el asma había comenzado a cercarlo. Cuando sintió el primer y último aviso de su corazón, se levantó tranquilo, se afeitó, se vistió con su cuidada elegancia habitual y salió para internarse en el Sanatorio Corrientes de la ciudad de Rosario. A las 14 horas del sábado 15 abril de 1978, dejó de existir, víctima de un paro cardíaco, próximo a cumplir sus 55 años de edad.
Tal fueron sus deseos, que sus restos fueran trasladados a su pueblo natal, velados en el “Club Social y Recreativo Curuzú” por donde desfilaron para dar su ultimo adiós al “Gran Maestro”. Todos los curuzucuateños lo acompañaron hasta su última morada, al son de ritmos de chamamé y hoy descansa en un mausoleo del cementerio de Curuzú Cuatiá, junto a sus amigos Edgar Estigarribia, Gualberto Panozzo y Eladio “Galleta” Romero.
Tarragó Ros, apodado por sus amigos “Tirantillo”, fue sin lugar a dudas un pionero del Chamamé, mas allá de su desaparición física, su trayectoria artística así lo demuestra. Creador de un estilo nuevo, inconfundible y auténtico.
Extraído de www.curuzucuatiaaldia.com.ar
Hola,
ResponderBorrarSoy curuzucuateño y estoy en Rosario terminando mis estudios.
Al blog lo encontré pura casualidad y, sinceramente, es muy grato encontrar este tipo de sitios en la web que hablen de nuestra tradición.
Un abrazo grande.
Agustín Ramírez